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Angélica Gago durante la jornada de narración oral impartida en Cuéllar. | Foto: Gabriel Gómez |

La actriz y directora teatral Angélica Gago, directora y actriz de `Margarito y Cía´, acercó a la sala Cronista Herrera la narración oral con la jornada `El arte de contar historias´ programada por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y la Diputación de Segovia.

La actividad permitió un acercamiento al arte de  contar historias. Gago dividió la presentación en tres partes; en la primera intentó dar valor a lo que es la profesión de contar y el respeto a ello, en otro les enseñó las herramientas con que cuentan “que van con nosotros, porque se cuenta desde uno mismo, no necesitamos nada externo” y finalmente mostró cómo se prepara un cuento para contar. “Son unas pinceladas que vienen muy bien porque yo creo que es tomar conciencia de nuestras herramientas para después empezar a contar”, afirmó, señalando que “a contar se aprende contando”. Por ello los alumnos deben atreverse a contar para ver cómo van evolucionando.

Gago subrayó que lo importante de estas actividades es “tener ganas de contar”. “No hay que ser un actor para contar, es un recurso que te puede venir bien, pero no es necesario”, apuntó, reiterando que “se cuenta desde uno mismo y los recursos que tiene, tanto el movimiento como su voz…”.

La actriz compartió con los alumnos sus propios cuentos “para que ellos también oigan historias y tengan más para contar”. “Todos compartimos las historias que contamos al final”, afirmó señalando que quien coge la historia la acaba haciendo suya y cuando la cuente ya será otro cuento, ” de un cuento hay miles de cuentos después según se van contando”.

Además de escuchar historias y analizarlas los asistentes pudieron lanzarse a contar sus propias historias.

Una veintena de personas participaron en esta actividad, todos ellos adultos: abuelos, madres, profesores, monitores y un grupo de usuarios de Fundación Personas Cuéllar.

Gago señaló que las personas mayores muchas de ellas tienen la inquietud de contar historias a sus nietos, recuperando la tradición, y otras personas  utilizan lo aprendido como herramienta en su labor diaria.