La peña Taurina El Encierro abrió ayer las puertas de su exposición taurina que cada año precede y acompaña al desarrollo de las fiestas. Una muestra que puede visitarse hasta el lunes 28 de agosto en las naves laterales de la iglesia de San Francisco. La exposición recoge toda la cartelería anunciadora de los encierros de Cuéllar desde el año 1965 en que se inició, los carteles de la feria taurina cuellarana, desde 1959 y, las fotos de todas las corregidoras desde 1967.

La inauguración coincidió con la celebración de una mesa redonda en la que intervinieron Francisco Alonso, alcalde de Cuéllar a principios de los años setenta del siglo pasado, Ricardo Muñoz, ganadero y empresario taurino responsable  de que sean los toros del encierro los que se lidian por la tarde en la plaza de toros, María Rosa Maroto, que fue corregidora de las fiestas en 1990  y Félix Sanz, corredor experimentado. Todos ellos dieron su opinión sobre la evolución de las fiestas de la villa y sus encierros.

Alonso echó la mirada atrás para recordar cómo eran las fiestas décadas atrás. Afirmó que “como Cuéllar no había ninguna vivencia” y recordó como los cuellaranos residentes fuera llegaban en Las fiestas se disfrutaban las 24 horas en un espacio reducido que delimitaban la plaza Mayor, la calle San Pedro y la calle Santa Cruz.los autobuses de Galo Álvarez para vivir las fiestas y sus familiares les iban a recoge. Las fiestas eran un paréntesis en la vida cotidiana. Así señaló que los domingos estaban dedicados a la fiesta religiosa y era el lunes cuando los vecinos lucían sus ropas de peñistas. Las fiestas se disfrutaban las 24 horas en un espacio reducido que delimitaban la plaza Mayor, la calle San Pedro y la calle Santa Cruz. Los peñistas cantaban canciones propias de la villa a las que sumaban otras populares de otras localidades. Otra de las tradiciones que recordó fue la del desencierro en el que las vacas se llevaban a los corrales desde la plaza Mayor para traerlas al día siguiente. Los tablados de la plaza Mayor para presenciar los festejos y su montaje, la inclusión de un encierro más el domingo que hizo que llegaran muchos más visitantes a la villa, las primeras corregidoras, las peñas y pandas… fueron otros de los aspectos que Alonso recordó  en sus palabras.

Muñoz afirmó que si tuviera que organizar las fiestas ahora tendrían un coste de unos 120.000 euros más.  “He sentido desde joven los encierros de Cuéllar como míos”, afirmó reconociendo que en su momento aceptó la conducción de los encierros y gestión de los festejos “por romanticismo y por una cuestión económica”. Apuntó lo difícil que le resultó convencer a la Corporación Municipal para encerrar los toros de los festejos de plaza y como primero se hizo un año con una novillada, y los buenos resultados hicieron que la Corporación se convenciera. Subrayó que de no haberlo hecho en aquel momento los encierros de Cuéllar habrían caído ya que otras localidades ya lo hacían “era algo que de verdad se necesitaba en aquel momento”, afirmó. El siguiente paso dificultoso fue convencer a los ganaderos para que permitieran que sus reses corrieran el encierro antes de ser lidiadas, y después hacerlo con los apoderados.

Muñoz se mostró convencido de que Cuéllar tenía antes más importancia taurina que ahora.

Mª Rosa Maroto manifestó su gusto por las fiestas, algo que afirmó ha vivido desde pequeña con su familia acudiendo a la suelta, a los encierros… A su juicio  la figura de la corregidora no ha sufrido tantos cambios en sus 50 años de historia y recuerda su vivencia como “fabulosa”. Consideró muy positivo que el Ayuntamiento permita a la joven elegida disfrutar del cargo junto a dos de sus amigas. En cuanto a la fiesta, señaló la necesidad de lograr que el pregón  continúe siendo un acto para los cuellaranos de todas las edades evitando que los jóvenes se desmadren.

Félix Sanz se remontó a sus inicios como corredor en los encierros con 13 años y como ya con 10 años acudí al campo. Para él los corrales nuevos junto al Cega supusieron un cambio importante en el encierro. Años atrás los toros llegaban por el Botiller y los corredores tenían la posibilidad de correr tres encierros diferentes: la suelta, el Botiller y las calles. También recordó como había mucha gente que acompañaba al ganado en su traslado por los pinares.

Los carteles expuestos han sido cedidos, en su mayoría,  por el Bar Paralex para la ocasión,  y las fotos por el fotógrafo Bías.

La exposición puede visitarse hasta el lunes 28 de agosto de 20.00 a 22.00 horas, excepto el sábado 26 que permanecerá cerrada y el domingo 27 y el lunes 28 que abrirá tras el encierro.