| Alejandra Rodríguez |  · | Foto: Gabriel Gómez |


Si algo está quedando más que demostrado esta temporada es que la afición navera tiene un corazón a prueba de infartos

Numeroso desplazamiento de los incondicionales naveros, que en una temporada más podían disfrutar de esas casualidades que te ofrece el calendario, haciendo coincidir un partido de los suyos con las fiestas falleras. Así, en torno a 75 personas cargaban su maleta con bufandas y camisetas para acompañar a los suyos en un desplazamiento que se presumía más o menos fácil y que casi acaba con la salud de algún que otro aficionado.

En la primera mitad del choque los naveros controlaron el marcador pero sin grandes diferencias. Con empate a nueve goles en el luminoso, esta vez sí se sacó partido a la superioridad tras la exclusión de Botella en el minuto 23 y tras un parcial de 0-2 obligaban al míster de los valencianos a pedir tiempo muerto.

Senovilla prefirió reservar a Ismael Villagrán tocado en una de sus rodillas dando más minutos en defensa a Nico López que acompañaba a Domínguez en el centro. La dirección del juego era cosa de Carlos Villagrán y de Alberto Camino que realizó un gran encuentro tanto en ataque como en defensa. Senovilla también pudo contar con Simón García que a pesar de jugar con muchas molestias cumplió en defensa pero sobre todo en ataque y en la línea de siete metros. El resultado al descanso no invitaba a la euforia navera precisamente 10-11.

En la reanudación y con uno más en pista por la exclusión de Sergio Herranz a siete segundos del final de la primera mitad, el Viveros Herol Balonmano Nava salió a por todas y con un parcial de 2-5 en 10 minutos ponía tierra de por medio (12-17).

Un viejo conocido de la afición navera, Luis Manuel Lorasque, máximo goleador del partido con ocho goles, hizo trabajar a la defensa del Viveros Herol Balonmano Nava y aunque en ocasiones, debido a su habilidad y a su corpulencia, le era fácil hacerse con una buena posición en los seis metros, bajo palos lo esperaba un descomunal David de Diego, que a la postre se convertiría en el “MPV” de los naveros y en su salvador, deteniendo los tres penaltis con los que fueron castigados los suyos, siendo de vital importancia el último.

La máxima ventaja navera llegaría en el minuto 45 de la mano del capitán, Carlos Villagrán, que ponía el 14-20 en el marcador.

Este fue el minuto de inflexión de los visitantes que durante 14 minutos vieron como el balón no traspasaba la línea de la portería de Arguillas ni una sola vez. Por si los naveros no eran capaces de irse del partido por sí mismos, la mesa decidió colaborar parando uno de sus ataques para advertir a los árbitros de la alineación indebida de los de Senovilla sin darse cuenta, siendo los únicos en todo el pabellón y en consecuencia haciendo el mayor de los ridículos, que Bruno Vírseda jugaba con la camiseta de portero/jugador, debió de ser tal el acaloramiento que en una jugada posterior se les olvidó poner de nuevo el cronómetro en marcha, dejando a los locales un ataque completo y certero con un tiempo extra de regalo a pesar de los avisos que llegaban desde la grada, pero que ni mesa ni pareja arbitral pareció escuchar.

Superada la polémica los jugadores seguían a lo suyo, los locales recortando la diferencia ataque tras ataque y los naveros dando emoción al encuentro, incluido David de Diego que levantaba a toda la grada de sus asientos al detener un penalti en el último minuto y que hubiera puesto las tablas en el marcador. Tras el tiempo muerto de Senovilla, por fin David Fernández rompía la mala racha, sumando un gol más que ponía el 19-21, no sirviendo de nada el último gol local.

Con el pitido final la afición navera respiraba y celebraba la victoria en un partido que se complicó en exceso pero que les mantiene a dos puntos de los puestos de play-off.