| Por Andrés Suárez | | Foto: Gabriel Gómez |
Se acerca cada año más rápido, y parece que ayer tomábamos las uvas en el invierno gélido y desangelado, que sí, que apenas sin darnos cuenta… los toros de agosto están aquí al lado. ¡Cuellarano, aunque no lo creas los Toros han llegado!
Otro año más la habitación se preñara de olores arraigados en el rito de sacar el pañuelo, el pantalón y la camisa de recuerdos amoratados tintados del lamparón de limonada.
Y nos parece escuchar aun aquel “A por ellos” de la última jota en la plaza.
Has comenzado el rito de vestirte. Cuellarano eres el protagonista del Sábado de Toros. Los acordes del “A por ellos” se van abriendo paso por las calles de la villa.
El pañuelo ahogará tu garganta en la Plaza Mayor, el pregón te hará sentir nostalgia de los que se fueron y que tornan contigo, en el día D a la hora H, para revivir de nuevo algo que solo un cuellarano lleva dentro. Y mirarás con el rabillo del ojo hacia el cielo, a ese rincón donde están los cuellaranos ausentes en la talanquera de la añoranza y que se unirán al rito del “A por ellos”.
Cogerán sitio en la calle Panaderito, Pistolero, Isidro, Borja y tantos que se fueron y vendrán a correr estos días en ese encierro de la memoria.
La plaza espera el pregón, este año más cuellarano, de una joven inteligente, Rebeca Mínguela, y con la Corregidora y sus damas se completará el plantel de bellezas cuellaranas. Tras la procesión de la virgen del Rosario, nuestra patrona. La Corregidora y sus damas estrenarán nervios y montera, con la excitante visión de la fiesta desde el balcón Consistorial, la pregonera ensalzará las virtudes de nuestra fiesta legendaria; los Encierros más antiguos de España.
Y al grito de nuestro himno, ¡Cuellaranos, “A por ellos”! la Plaza se desbordará en cantos, mientras desfilan las Peñas, dando por inaugurada la fiesta.
En los corrales del Cega junto al puente Segoviano, erales y mansos, los protagonistas, descansan para el día del encierro.
Las calles acogerán durante toda la noche la alegría y alboroto con las charangas de las peñas, con la orquesta programada y el personal divirtiéndose a su modo.
Con la alborada parecen llegar desde el Cega el sonido de los cencerros de los mansos de los corrales, por la carretera, a pie, a caballo, o motorizados, los más valientes y apuestos se van acercando a los corrales por ver la suelta del ganado. Lentamente tratarán de subirles a caballo por el campo, no siempre es posible, no deja de ser ganado. Al enfilar veloces el vallado reina un peligro avisado.
Mientras en las calles, cuellaranas de todas las edades, se congregan en el tradicional Baile de Rueda. Dando de vez en cuando esa típica espantada del “que vienen” saliendo todas en desbandada. Pinceladas de cornamentas y herraduras envueltas entre emulsión de polvo hacen la entrada a la villa y los mozos delante de los erales les conducen a la Plaza. En la talanquera expectantes quedaron las mozas, a la espera de que el encierro pase y no haya graves cogidas. ¡En Cuéllar, no es forastero nadie! .
Que disfruten de la fiesta vecinos y forasteros y que sean bienvenidos aquellos que vuelven al pueblo. Salud. Y como dicen los taurinos, “ojo al toro que es una mona”.
Aquí os dejo un recuelo de un poema que hice antaño, le llamo, `El Desangelado´, porque le presenté a concursos en Cuéllar y nunca fue premiado. Tal vez sea que no lo merece, pero aquí está: A vosotros los que nos miráis desde lo lejos, a la guapa pregonera y la Corregidora y sus damas. Y como no, para todos los lectores y amigos de Cuéllar y el resto del mundo mundial…. ¡FELICES TOROS DEL 2017!.