Caballistas acompañando al último de los encierros de 2016. | Foto: Gabriel Gómez |

El Ayuntamiento de Cuéllar ha autorizado a 329 caballistas para acompañar a la manada en “la zona general dentro del tramo campero”.

Estos caballistas autorizados deberán exhibir la pegatina que el Ayuntamiento les envíe “en lugar visible y legible con facilidad”. Des de el Ayuntamientos e les recuerda el compromiso que adquirieron en su solicitud de participación y en la declaración responsable que adjuntaban, donde aceptaban: no acudir a la zona de pinar de los corrales del rio Cega,esperar a la manada en el tramo autorizado al final del pinar en el paso de las Máquinas, no entorpecer el paso de la manada, ni llamar su atención, ni situarse delante de ella y cumplir las órdenes del Director de Campo o sus colaboradores.

Desde el Ayuntamiento se concluye señalando que “la participación responsable en la conducción ayudará a la entrada de los toros en la villa, disfrutando todos del encierro”.

 

Reunión

La pasada semana el Ayuntamiento de la villa acogió una reunión en la que participaron el alcalde de la villa. Jesús García, y el edil de Festejos, Luis Senovilla, junto a representantes de la Guardia Civil, entre los que se encontraba el teniente responsable del escuadrón de caballería que acompañará este año el recorrido campestre de los cinco encierros, y representantes de las dos asociaciones de caballistas, Amigos del Caballo y A Caballo.

García señaló que analizaron la normativa, los aspectos a respetar y el comportamiento que  deben tener los jinetes durante el encierro. El primer edil se mostró consciente de que los cambios son difíciles de  aceptar, pero aseguró que percibió en los caballistas  voluntad para colaborar en que  los festejos  se desarrollen con normalidad.

García señaló que  aunque las reses sean recibidas por una veintena de caballistas seleccionados por los responsables de la conducción, el resto podrán incorporarse después en  el  lugar fijado y podrán seguir disfrutando en el campo. Apeló a la comprensión de los caballistas hacia quienes tienen la responsabilidad de que los encierros salgan bien.