El domingo concluyeron con éxito las actividades conmemorativas de la introducción de la imprenta en España, el Sinodal de la villa de Aguilafuente. Unas tres mil personas han podido disfrutar desde el viernes por la tarde de una amplia programación de actividades propuestas por los organizadores, la Asociación Sinodal de Aguilafuente y el Ayuntamiento de la localidad, entidades que se muestran satisfechas por la calidad y difusión del evento, que ha cumplido ampliamente sus expectativas. En palabras de la organización, “sobre todo por el esfuerzo y dedicación de más de un centenar y medio de vecinos y allegados que hacen posible, año tras año, esta ilusión colectiva, este pequeño milagro que ocurre en una pequeña población castellana que sigue rememorando el importante hecho de la llegada de la imprenta a España. También hay que agradecérselo a los patrocinadores, a la parroquia y a los visitantes, que nos animan a continuar”.

Este año se han incorporado dos importantes novedades, la ampliación de la comitiva y el estreno de la obra de Miguel Gómez, “La Reina y el Obispo”, que se representó el sábado por la noche. Con esta obra se ha dado un salto en el tiempo, El público que llenó la iglesia en las dos funciones salió sorprendido por la calidad de la obra y por el gran esfuerzo de los actores que, como en todos los casos, son vecinos de la villahasta 1476, y se ha mostrado otra faceta de la imprenta, no solo la iniciativa del obispo Arias Dávila, sino también la intervención de la reina Isabel en el desarrollo de la imprenta española y los problemas que surgieron en la etapa final del taller de Juan Párix por la impresión de un libro que luego sería condenado. El público que llenó la iglesia en las dos funciones salió sorprendido por la calidad de la obra y por el gran esfuerzo de los actores que, como en todos los casos, son vecinos de la villa. La comitiva este año contó con más del doble de participantes ataviados con trajes de época, con la reina Isabel al frente y detrás el obispo, acompañado por unos cuarenta personajes, entre los que destacan los asistentes al Sínodo y, por supuesto, las mujeres y niños del pueblo que la cerraban.

En los tres días se representaron diversos pases de “El Obispo y el impresor”, “El impresor clandestino”, “Las fabetas”, “El romance del Sinodal” y “El pañuelo”, esta última protagonizada por trece niños de entre cuatro y catorce años, que según la organización “son la cantera del Sinodal, pues desde pequeños se van empapando y disfrutando de esta fiesta”. Además, no hay que olvidarse de la música, que adquirió gran protagonismo con la actuación del grupo Audite, gran colofón para la jornada del sábado, y del Coro “Sinodal de Aguilafuente”, compuesto por vecinos y miembros de otros grupos segovianos, que deleitaron al público el domingo por la tarde. Mercado y danzas medievales, pasacalles y un concurso de tapas a cargo de los locales de restauración completaron las actividades propuestas, aunque queda el concurso de fotografía, cuyo plazo de presentación está abierto.

Todo ello anima a los organizadores a seguir en la línea de divulgación tanto en Aguilafuente como fuera de ella, “tenemos que conseguir que Segovia entera reivindique y conmemore este acontecimiento clave de su historia”, aseguran.