El ganadero Javier Sánchez Arjona recibió el trofeo que acredita a su ganadería Coquilla de Sánchez Arjona, como la mejor de los encierros de 2014, según el jurado de la Asociación Encierros de Cuéllar promotora de este galardón. Un galardón obra del artista cuellarano Alfonso Rey.

El propio Alfonso Rey, socio del colectivo, fue el encargado de moderar el acto de entrega en el que Manolo Blanco dio lectura al acta del jurado que posteriormente entregó al ganadero y seguidamente se visionó el encierro del martes 2 de septiembre, protagonizado por las reses de Coquilla de Sánchez Arjona. Rey expresó su alegría “porque un año más recaiga el trofeo en un ganadero de un hierro que defiende encastes minoritarios, por las dificultadas que ello supone”. Así El ganado estuvo de moda entre las figuras y se lidió en los años 20 en importantes plazas siendo una ganadería muy cotizadarecordó que el pasado año el premio recayó en  los novillos de Joaquín Herrero de origen Murube y este año en los Coquilla a los que calificó como “el lince ibérico del ganado bravo” por su escasez.

Sánchez Arjona, tras el visionado del encierro, señaló sobre éste “muy original el hecho de que haya varias fases de recorrido”, también se mostró sorprendido por  la longitud y estrechez de la calle Parras señalando que era un “mérito correr ahí”. Afirmó que volvería a verlo “porque me ha gustado mucho”. Sobre los Coquilla señaló que son de la rama Santa Coloma que llegó a Salamanca en 1916 y volvió posteriormente a Andalucía. El nombre lo toma del nombre de la finca “Coquilla”. El ganado estuvo de moda entre las figuras y se lidió en los años 20 en importantes plazas siendo una ganadería muy cotizada, según indicó.

“Coquillas dulces como rosquillas y picantes como guindillas”, así señaló que se definía el ganado.

La ganadería no contaba con  campo propio y tenía en renta varias fincas cuyo coste hizo que en momentos como la República su mantenimiento fuera insostenible. Una de las fincas que tenían alquiladas era del abuelo del actual ganadero y cuando ya vieron imposible poder pagarle la renta que le debían le propusieron pagarle con ganado antes de su embargo y así comenzó la saga familiar. La ganadería original quedó dividida en 4 o 5 partes según señaló.

Más adelante en 1944 fue su padre quien compró a su cuñado vacas e inició la ganadería que posteriormente pasó a él y sus hermanos y que ahora lleva él.

Apuntó que la novillada que se corrió y lidió posteriormente en la villa responde a las características morfológicas del toro de la ganadería: recortado, bajito, con buena culata, falto de cara…

Sánchez Arjona asintió al ser cuestionado sobre si manejaban el ganado con caballos y bueyes, y señaló que es un hecho que sí influye en el comportamiento de las reses.

Al son de una entradilla con dulzaina y tamboril se puso fin al acto con la entrega del trofeo y el tradicional pañuelo rojo colocado al cuello al ganadero.