| La exposición relata su Proyecto Wolf con el que persiguió la reintroducción simbólica del lobo en Irlanda |


Plantear una reintroducción del lobo en Irlanda tras su desaparición 250 años atrás era el objetivo del Proyecto Wolf puesto en marcha por el cuellarano, José Mª Yagüe. Un proyecto artístico que consistiría en una reintroducción, no literal, llevada a cabo mediante una acción simbólica. Y ese proyecto artístico es el que Yagüe, licenciado en Arquitectura y Bellas Artes, expone hasta el 22 de junio en la Oliver Sears Gallery de Dublín (Irlanda).

Sus encuentros casuales con lobos salvajes en sus paseos cotidianos por el bosque fueron el origen de la atracción del artista hacia este animal emblemático en Europa, “especie protegida en amplias zonas, odiado y amado a partes iguales, y que sobrevive furtivamente en una naturaleza cada vez más intervenida, administrada y acorralada”, según señala.

“Esta especie, habitante silencioso de la mayor parte de los espacios silvestres del cuadrante noroeste de la península ibérica, representa sin duda, la cara más salvaje e indomable de la Naturaleza de España”, asegura Yagüe.

En 2009 un amigo suyo encontró el cadáver de un lobo ibérico adulto que había sido atropellado en una carretera rural y un tiempo después Yagüe visitó el lugar y recuperó el cráneo. Lo limpió y durante algunos años permaneció en su estudio, sobre un estante, frente a su mesa de trabajo.

Tiempo después, tras uno de sus viajes al Oeste de Irlanda en el que en compañía de un grupo de montañeros había recorrido algunas de las cumbres más altas de Killarney N.P., descubrió un hecho que llamó su atención, “uno de los últimos lobos de Irlanda había sido cazado en 1750, cerca de la cumbre del Carrauntoohil, la montaña más alta del país”. Conoció después que los últimos lobos irlandeses fueron exterminados a finales del siglo XVIII, entre 1750 y 1786, en una época muy convulsa, de grandes cambios en el territorio de la isla. Fue ahí cuando se planteó llevar a cabo esa reintroducción simbólica del lobo

Los trabajos comenzaron en 2012 cuando realizó el traslado clandestino de aquel cráneo de Lobo Ibérico hasta Irlanda. Tras unos años de planes fallidos y lentos progresos, en el año 2017 el cráneo fue enterrado secretamente en un lugar entre las montañas de Killarney, en las proximidades de la cima del Carrauntoohil. La idea original era colocar en el lugar un pequeño memorial, una losa con una breve leyenda explicativa, pero las dificultades y el hecho de realizarse de modo furtivo les llevó a reconsiderar la idea inicial y finalmente el memorial no se construyó.

 

La exposición

La exposición muestra materiales gráficos de este proyecto: por un lado hay dibujos “que nos hablan de la relación de los hombres con lobos en España (y también con otros grandes animales como linces y osos)”, se presentan también algunos fragmentos de cuadernos de campo con paisajes de las montañas de Killarney, ubicaciones del memorial, diseños con la propuesta y bocetos de trabajo. Además se exponen algunas cartografías y paneles.

Por otro lado, “tenemos pinturas de diversos formatos sobre temas cercanos al proyecto, sobre la historia de la naturaleza irlandesa, sobre animales extinguidos, sobre tópicos y sobre paisajes”, señala el autor.

Finalmente, en la segunda sala de la galería hay una pequeña parte documental que incluye unos breves textos “donde se describen algunos encuentros con lobos y donde se recogen imágenes de algunos momentos fundamentales del proyecto: el hallazgo y desenterramiento del cráneo de lobo, el traslado a la montaña, también un video muy reciente de un encuentro con lobos…”

Yagüe explica que “el trabajo que presentamos en la galería, integra la documentación sencilla y sin retórica de esa acción inconclusa (ya que el memorial no se llegó a construir), con una selección de los materiales heterogéneos que se generaron a lo largo de estos años de reflexiones, dudas y certidumbres. Materiales que toman la forma habitual de los objetos artísticos, pinturas, dibujos, paneles…”

El hallazgo del cráneo se produjo en 2009 y el enterramiento en 2017, “quiero pensar que el `modo lento´ de cierto tipo de arte nos habilita para habitar el mundo de otra manera- señala Yagüe- de una manera lateral, tal vez marginal. Sabemos a que lugares nos conduce el camino recto; sin embargo es bonito y (quiero creer) necesario atreverse al extravío, animarse a errar y a vagabundear para así intentar acercarnos a lo que, de momento, no tiene nombre, ni concepto, ni una imagen única que lo aprese”.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el viernes 22 de junio, y puede visitarse de lunes a viernes de 10.00 a 17.00 horas.