| Asegura que la población va recuperando la normalidad tras el suceso |


| Fotos: María Yagüe |

Estrasburgo comienza ya a recuperar la normalidad tras el atentado del martes. Así nos lo cuenta la cuellarana María Yagüe que desde hace cuatro meses ha establecido su residencia en esta ciudad Francesa junto a su marido, quien procede de allí, y su hijo Héctor de 3 años.

Junto a una amiga que visitaba la ciudad, María y su hijo visitaron la misma tarde del martes, cuando se produjo el atentado, el mercado navideño que cada año se instala en las plazas del centro de la localidad y que la convierte en `capital de la Navidad´, como ellos mismos la denominan, siendo éste el más antiguo de Francia. Ello hace que centenares de personas lo visiten cada día.

Así recorrieron los puestos de productos navideños, no sin que antes la Policía les requiriera mostrar el contenido de sus bolsos y mochilas, y sobre las 17.30 horas estuvieron en la zona entre la plaza Kléber y el puente Corbeau donde sobre las 20.00 horas se produjo el atentado. A las 18.00 horas ya habían tomado el tranvía de vuelta a casa. Ya en casa, y tras acostar a su hijo, recibió varias llamadas de amigos españoles, algo que le extrañó, y fueron ellos quienes le dijeron lo que había sucedido. Rápidamente consultaron en internet lo que había pasado.

 

Noche difícil

Esta cuellarana cuenta como pasaron una noche difícil ya que su amiga tenía que tomar el tren de vuelta a Irlanda a primera hora de la mañana, y las primeras indicaciones de las autoridades eran las de permanecer en los domicilios. Aunque pronto limitaron la medida al barrio de Neudorf y el parque de L`Étoile, lo que no redujo su preocupación ya que allí trabaja su marido. Con él ya en casa, apunta que durante toda la noche se estuvieron escuchando los helicópteros que sobrevolaban la ciudad en busca del terrorista.

Su amiga pudo tomar el tren con normalidad y ella decidió no llevar a su hijo al colegio ayer, aunque éstos permanecieron abiertos pero sin actividad lectiva. Apunta que su marido acudió también a trabajar y aunque era poca la actividad que se veía en las calles y muchos comercios permanecían cerrados si abrieron algunos como la panadería a la que ella misma acudió a comprar el pan. También se suspendieron algunos transportes como el tranvía que conecta Estrasburgo con la localidad alemana de Kehl que se encuentra a tan solo 4 kilómetros y donde muchos alemanes acuden a realizar sus compras.

Yagüe señala que en Francia la presencia de Policía y militares en las calles es mayor que en España y tanto ayer como hoy se ha intensificado esa presencia.

Hoy manifiesta que ha podido conocer algunos testimonios de sus compañeros de clase de francés, algunos de los que vivieron más de cerca el atentado desde restaurantes o que abandonaron el mercadillo 10 minutos antes del suceso. Además dice que la gente ha ido recuperando sus actividades cotidianas.

La cuellarana visita cada año a su familia política en Navidad y el mercadillo navideño es una visita obligada, aunque recuerda que ya hace unos años hubo detenciones y este evento era objetivo de los terroristas. Otros tuvieron que permanecer cerrados en el teatro hasta que las autoridades les permitieron salir o residían en la zona del centro de la ciudad y no pudieron acceder a sus casas hasta que dejó de estas acordonada.