La Fundación Alonso Lozano lleva varios años en funcionamiento, centrando sus actuaciones en los más pequeños. El objeto y finalidad de la Fundación, creada en 2013 por los hermanos Francisco y Marciana Alonso Lozano, es el de “atender a la asistencia social y sanitaria a personas necesitadas, fines culturales, científicos y de cooperación para el desarrollo”, aunque la enseñanza ha sido su primer foco de atención.

Los hermanos Alonso carecen de descendencia y la creación de esta Fundación les pareció la mejor opción para dar destino a sus bienes de forma útil y solidaria.

 

Programas

La Fundación desarrolla tres programas, todos ellos centrados en la infancia. Éstos se desarrollan en 4 centros escolares: los colegios San Gil, La Villa y Santa Clara de Cuéllar y el CRA La Villa de Peñafiel.

El programa Apoya, está dirigido a familias desestructuradas o con problemas económicos a las que se ayuda desde los propios centros escolares. El colegio San Gil de Cuéllar fue pionero en su puesta en marcha con la participación de alumnos de 6 a 8 años. Con él se trata de dar un apoyo en las tareas escolares a los alumnos. A este programa se han sumado también los colegios de La Villa y Santa Clara con alumnos de todos los ciclos. Las clases se imparten de lunes a viernes de octubre a mayo y la Fundación cuenta con dos profesoras que se desplazan a los centros y con la orientación de los tutores ofrecen ese apoyo en las materias que los alumnos requieren. Actualmente cuenta con la participación de unos 60 alumnos.

El segundo programa es el de Niñ@s Integrados y se centra en la ayuda económica a los colegios para que los alumnos con menos recursos puedan tener acceso al material escolar, acudir a una excursión, comprar un uniforme… y sentirse integrados con el resto. Este programa funciona en los tres colegios de Cuéllar y en el CRA de Peñafiel.

El tercer programa persigue también el fomento de la educación de jóvenes y niños, aunque en esta ocasión colaborando con la misión Shintuya en la selva Amazónica. Esta misión se dedica a la defensa de la identidad e integridad vital de los grupos indígenas y demás colectivos que viven en las comunidades del rio Manu. La Fundación colabora apoyando esta misión en su labor de formación a los jóvenes que alberga en sus instalaciones y que no disponen de recursos para cursar Educación Secundaria. De los 35 alumnos que se alojan en el albergue la Fundación ayuda a 10, los que se encuentran en situación de pobreza extrema, sufragando el 50 por ciento de lo que cuesta mantenerles estudiando allí.

En la presentación de la Fundación y sus programas se contó con el testimonio de las directoras de dos de los centros participantes, Noa Ladrón del CEIP San Gil y Begoña Teijeiro. Ambas contaron sus experiencias. Así Ladrón recordó como cuando hace tres años les dieron la oportunidad de colaborar con ellos les pareció una gran idea, ya que su centro cuanta con muchos alumnos con necesidades económicas y familiares. Destacó los resultados obtenidos con los programas de apoyo e integración y agradeció a la Fundación su colaboración que ha producido cambios académicos en los alumnos y con las familias.

Teijeiro mostró también su agradecimiento hacia la labor de la Fundación Alonso Lozano cuya ayuda su CRA recibe desde el curso 2015-2016. Una ayuda que centran por un lado en el banco de ropa a través del que se favorece que los alumnos acudan a clase uniformados. Así la Fundación ha ayudado en esta área al 30 por ciento de las familias. Por otro lado, reciben ayuda en el área educativa y cultural por ejemplo con una actividad navideña en la que se obsequia a los niños con libros que después serán leídos en las aulas. También colabora con ellos en la adquisición de libros y materiales para familias desfavorecidas.

Marina Hernanz, una de las profesoras responsables del programa Goya explicó que cada año mejora el resultado de este. Este curso apuntó que cuentan con 20 alumnos en San Gil, 27 en La Villa y 18 en santa Clara, unas cifras que pueden variar a lo largo del curso en función de los resultados que los alumnos obtienen en las evaluaciones. Explicó que mantienen un continuo contacto con los tutores reforzando las áreas que los niños más necesitan: lectura, escritura, cuentas, técnicas de estudio…