|Fotos Nuria Pascual|

Anticipándose a la Semana Santa la iglesia parroquial de San Benito Abad de Chañe cubre ya su retablo mayor con el Monumento recién restaurado. En la mañana del sábado se llevó a cabo la instalación tras recibirlo de manos de las restauradoras segovianas, Mariví Postigo y Diana Martínez, de la empresa Dammar Conservación y Restauración. El Monumento permanecerá colocado hasta el sábado de Gloria.

La actuación se ha llevado a cabo a petición de las Cofradías de la Santa Vera Cruz y del Santísimo Sacramento de la localidad, alarmadas por el  estado de deterioro en que se encontraba, lo que hacía peligrar su integridad. Remitieron información a los vecinos del pueblo sobre los trabajos que querían acometerse solicitando su colaboración. Así las cofradías, los propios vecinos de Chañe, una empresa local y el Ayuntamiento, han conseguido cubrir los aproximadamente 7.500 euros que han costado los trabajos, afirmó Jorge Sanz, Mayordomo de la Cofradía.

El Monumento recoge los símbolos de la Pasión: clavos, soldados, jarras…. tradicionalmente se cubrían todas las imágenes y los retablos con paños morados y el retablo mayor con el Monumento. Aunque este año se ha instalado antes, lo habitual es colocarlo en la tarde del Domingo de Ramos y retirarlo el Sábado de Gloria. Antiguamente el montaje se llevaba a cabo el día de Jueves Santo y se desmontaba en Viernes Santo, según explicó Javier Cuesta uno de los encargados del montaje y desmontaje.

Restauración

Las restauradoras explicaron que el Monumento se había visto afectado por la humedad lo que había provocado que las policromías se fueran desprendiendo poco a poco, asímismo la suciedad hacia que tuviera un velo ennegrecido. La instalación y desinstalación durante tantos años también lo había deteriorado, y había marcas de los bastidores que rompían la tela. Señalaron también la La restauración ha consistido principalmente en la limpieza, consolidación y fijado de la pinturapresencia de grapas antiguas que con el tiempo se habían oxidado afectando a los lienzos, de cera procedentes de las velas que se colocaban antiguamente para iluminarlo y repintes realizados para cubrir el deterioro.

La restauración ha consistido principalmente en la limpieza, consolidación y fijado de la pintura, y se han estucado (con una mezcla de cola orgánica y yeso) las zonas donde faltaba esa pintura para después reintegrarla, para finalmente dar una capa de protección. La forma de guardar el Monumento afectaba también a su conservación, por lo que ahora se continuará guardando plegado, pero cubriéndolo con una tela que permita la transpiración para que no se produzcan condensaciones que afecten a los lienzos.

Los trabajos se han prolongado durante unos dos meses y medio.

El monumento

El Monumento de Chañe podría ser el único que se conserva en la provincia. Existen en España pocos monumentos en la actualidad, casi todos ellos en deficiente estado, bien debido a la fragilidad de los materiales, a la manipulación a la que periódicamente eran sometidos… Pero en los últimos años se han recuperado algunos, sobre todo en Aragón.

La época de construcción del Monumento  de Chañe no se conoce, pero es seguro que en 1.780 en las ordenanzas de la Cofradía del Santísimo Sacramento se habla de colocar el Monumento, aunque se desconoce si se trata del actual o de otro más antiguo.
El Monumento está compuesto por tres paredes de lienzos del tamaño del Retablo Mayor, colocados sobre una estructura de madera. Los lienzos tienen ilustraciones sobre distintos símbolos y atributos de la Pasión de Cristo: la primera pared refleja dos guardias con armadura medieval que custodian el sepulcro de Cristo. Sobre ellos, dentro de sendas rocallas barrocas que sirven de marco, se encuentra la columna y el látigo de la flagelación de Cristo, y la jarra del lavatorio de manos. En el frontón superior bajo dos ángeles que sujetan la cruz, se representa  el paño de la Verónica donde quedó reflejado el rostro de Cristo.

Uno de los guardias que custodia el sepulcro de Cristo.

Uno de los guardias que custodia el sepulcro de Cristo.

En el arco central aparecen dos elementos menos comunes pero que también forman parte de los  símbolos de la pasión: la linterna o antorcha del prendimiento y la espada de San Pedro con la oreja que cortó a Malco.

La pared intermedia representa una decoración con elementos arquitectónicos simulando el interior de un palacio. También aparecen más símbolos de la pasión enmarcados en rocallas. En el lado derecho se muestra  el matillo y las tenazas con las que clavaron a Cristo en la Cruz, y en  el lado izquierdo, la escalera del descendimiento, la lanza y la esponja con la que dieron de beber vinagre a Cristo.  A ambos lados del arco se representan la corona de espinas y los clavos.
En la tercera pared parece el ojo de Dios entre nubes y las ramas de olivo.  Con la reforma protestante apareció el triángulo con el ojo radiante como símbolo de la Trinidad en su omnipotencia y omnisciencia. Este llamado “ojo de Dios” fue un motivo empleado especialmente en el siglo XVII como coronación de retablos y púlpitos, en los ventanales de las iglesias.  En este monumento simboliza el triunfo final de Dios sobre todas las cosas. La resurrección después del martirio y la muerte.

En total el Monumento está formados por  30 lienzos de diferentes formas y tamaños agrupados de diferentes maneras.