La lluvia que de manera casi continua cayó en la tarde de ayer impidió finalmente que la virgen de Las Candelas realizara su tradicional procesión por las calles del entorno de la iglesia de San Andrés, y los cofrades y devotos tuvieron que conformarse con portar la imagen en el interior del templo realizando un pequeño recorrido.

El rezo de una oración y el encendido y bendición de las candelas que portan los cofrades y sus esposas, dio paso a la pequeña procesión al son de la dulzaina y el tamboril del grupo Marchamo y seguidamente se celebró la misa.

Los cofrades escoltan con sus candelas encendidas al párroco en su salida y entrada a la sacristía en esta celebración . Durante la misa ofrecida por el sacerdote Emilio Calvo, destacó el momento en que los hermanos cofrades realizan el tradicional “rodillín”, aunque en esta ocasión reconvertido en una inclinación, mientras portan en andas la imagen de la Virgen. Con este gesto la cofradía simboliza la presentación en el templo del niño nacido cuarenta días antes.

Cumpliendo con la tradición, los hermanos de la cofradía ofrecieron a la virgen de Las Candelas una tarta o bollo, dos pichones y unos cirios. Tras los actos litúrgicos el sacerdote y los cofrades soltaron a los pichones que acompañaron a la imagen durante todo el acto. Después el Centro Parroquial acogió un refresco y bollos para los asistentes y cuantos vecinos se acercaron a participar en esta celebración.

La centenaria Cofradía cuenta con un mayordomo que tradicionalmente se elegía al azar utilizando naipes tras cada celebración. Entre otras funciones se encarga de la organización de la fiesta. Este año el cargo le correspondió a Feliciano Sanz.

Historia

Según apunta el padre Balbino Velasco en su “Historia de Cuéllar”, la Fiesta de las Candelas es una manifestación cultural de carácter religioso. La imagen se custodia en la iglesia de San Andrés, sede la Cofradía de la Virgen de las Candelas, por lo que ha sido adoptada como una fiesta del barrio de San Andrés. Las primeras noticias documentales de la celebración datan de principios del siglo XX, aunque la fiesta es anterior. Celebrada por la iglesia católica, su significado refiere a la Presentación de Jesús en el Templo y a la Purificación de la Virgen María.