Las obras en la iglesia de San Martín de Cuéllar para eliminar las humedades del templo han requerido una excavación arqueológica previa a la realización de una zanja perimetral en la fachada sur. La protección del templo, Bien de Interés Cultural, hacia necesaria esa intervención arqueológica que ha sacado a la luz 33 tumbas y al menos una docena de fragmentos de otras, según señaló el encargado de los trabajos, el arqueólogo Domiciano Vega. Asímismo  apuntó que la necrópolis ha sido reutilizada  a lo largo del tiempo por lo que se han hallado enterramientos superpuestos. Vega señaló que aunque no estaba documentado si se pensaba que podían hallarse tumbas, al igual que sucedió en la fachada norte del templo.

Lo más singular de esta necrópolis, según Vega, es que es una de las pocas plenomedievales antropomorfas en la que la mayoría las tumbas fueron realizadas con ladrillo dándoles forma. El arqueólogo indicó que las tumbas que se han excavado en las necrópolis de Cuéllar y la mayoría de las de la región están realizadas sobre roca o en la toba caliza, y en algunos casos ha aparecido alguna de ladrillo. Las encontradas en San Martín son de ladrillo con la roca como fondo.

Las tumbas cuentan con la fábrica de ladrillo con materiales iguales a los utilizados en la construcción de elementos mudéjares, a los del ábside del propio templo y con un grosor parecido al del mortero de cal existente, por lo que es fácil datarlo y darle la contemporaneidad de la época de la iglesia.

Por otro lado, Vega señaló que en todas las tumbas han aparecido restos óseos,  en la superficie muchos desplazados de enterramientos anteriores y en el fondo el enterramiento original. En algunos casos se ha llegado a documentar incluso cuatro enterramientos en la misma tumba, apuntó. Los enterramientos documentados están orientados de oeste a este, con la cabeza al oeste y los pies al este, en decúbito supino, con los brazos cruzados o sobre el tórax o el pecho. Junto a los restos óseos se han encontrado también fragmentos de cerámica, algunos medievales y la mayoría de la Edad de Hierro. De entre ellos Vega  destacó el descubrimiento de una cerámica celtibérica.

Tras la excavación arqueológica se han hallado tumbas de enterramientos adultos y dos de ladrillo infantiles. De las 33 excavadas, no todas son de ladrillo sino que media docena están depositadas en una fosa simple, con la tumba excavada en la tierra.

Destaca de esta necrópolis la gran densidad de enterramientos, ya que en los dos metros excavados en torno al templo se han hallado casi un centenar de enterramientos. Vega señaló que la necrópolis tiene continuidad hacia la zona sur, hacia la muralla, aunque la excavación se ha limitado al espacio en el que se iban a desarrollar las obras.

 

Conservación

En cuanto al futuro de estos hallazgos, Vega  señaló que al tratarse de una necrópolis tan importante por la cantidad de tumbas encontradas y por su singularidad con tumbas de ladrillo, sería interesante que se conservasen y que pudieran ser visitadas. Así señaló que quizá pudiera conservarse a la vista la zona de tumbas junto a los ábsides garantizando su conservación y evitando su deterioro.

Las obras de eliminación de las humedades han quedado paralizadas y ahora se espera la decisión de Patrimonio sobre los hallazgos.

 
Atrio sur

La excavación pretendía también localizar la cimentación del atrio sur, cuya existencia se conocía por los restos de una de las arcadas en la torre, lo que hacía presagiar que el atrio continuaría por el lado sur. Los trabajos consistieron en la realización de una trinchera en un punto entre el ábside y el muro sur de la nave de la iglesia. Así se ha encontrado una cimentación pegada a la iglesia y otra unos metros más alejada, que podría ser la delimitación del atrio, aunque la hallada es una cimentación pobre.