| Por Francisco Salamanca  |  Fotos: Gabriel Gómez |

Corrida de rejones, cinco toros de Arcadio Albarrán y uno de Díaz Coutinho, variados de presentación, en general correctamente despuntados, descastados, mansos el primero y el segundo, bravucones el cuarto y el sexto, se dejaron el tercero y el quinto. Festejo aplazado el lunes por la climatología, que originó la sustitución en el cartel, de Leonardo Hernández por Andy Cartagena. La plaza registró casi media entrada.

Andy Cartagena tiró de cuadrilla con su primero, el cual se entabló desde el segundo rejón de castigo, haciendo poco aprecio por los caballos. Banderillas al paso y a la grupa sin emoción. La faena cambia con Luminoso, un caballo albino espectacular, con él clava un palo y las cortas al estribo, rejonazo arriba y el morlaco rueda sin puntilla, una oreja. Con su segundo, un toro que galopa y embiste a golpes, engañoso en su comportamiento, estuvo torero y ejecutó la mejor faena de la tarde, dos rejones de castigo en lo alto, brilló en banderillas con Picasso, un appaloosa de cinco años y elevó la temperatura de la plaza con Luminoso, clavando al estribo y cruzando la plaza, a la menorquina, sobre las dos patas traseras del caballo. Rejón atravesado fulminante y dos justas orejas.

Sergio Galán poco pudo hacer con su descastado primero, clavó bien al quiebro tres palos con Capricho, pero luego la faena fue descendiendo con banderillas a toro pasado, rejón trasero atravesado, tres pinchazos y estocada, recibiendo algunos aplausos. El quinto completó el lote, el peor de la tarde, suelto y distraído de salida. Galán empleo lo mejor de su cuadra para cambiar el devenir de su tarde, brillando con Ojeda, ¡qué caballo!, galopando de costado con el burel rozando los zahones. Las piruetas con Titán y las cortas con Óleo, rejonazo fulminante y el público que le concedió las dos orejas.

Mario Pérez Langa es un rejoneador que se encuentra a un nivel mucho más bajo que sus compañeros de terna. Cuéllar tiene una gran tradición en festejos de rejones y no creo que sea necesario llegar a estos niveles para rematar sus carteles. El cartel de este año ha sido el más precario que hemos conocido. Por otra parte, el de Calatayud anduvo toda la tarde muy acelerado, clavando banderillas en lugares insospechados de la res, paletilla, brazuelo, costillar, a unas velocidades de multa por radar. Esto del rejoneo es el arte de torear a caballo, con naturalidad, mando y temple, todo lo que le falta a este caballero, que derrocha voluntad. El público le regaló una oreja en cada uno de sus toros, el presidente solo le quedó otorgársela.