Manuel Ortega junto a tres de las láminas que reconstruyen cómo fue la iglesia de San Francisco

Manuel Ortega junto a tres de las láminas que reconstruyen cómo fue la iglesia de San Francisco. | Foto: Gabriel Gómez |

Cuellarano, aunque residente en la localidad vecina de Chañe, Manuel Ortega ha mostrado durante la Feria del Libro en la nave central de San Francisco sus láminas en las que muestra cómo era originariamente este templo y más concretamente su nave central. Fascinado por el templo y  cómo fue, Ortega quedó prendado de éste durante su participación en la Escuela Taller que lo consolidó en 1990, “me llamó mucho la atención el ver cómo estaba y cómo había sido antes”. Así señala que comenzó a investigar cómo había sido antes el templo y logró encontrar algunas fotos en blanco y negro de principios del siglo XX y ahí comenzó su trabajo a lápiz sobre las láminas, para intentar reproducir esas imágenes y que todos los vecinos y visitantes pudieran verlo. Ortega señaló que la media docena de láminas que muestra concentran meses de trabajo dedicando unas 4 o 5 horas semanales a ello. Las mayores dificultades las ha encontrado en la reproducción de las imágenes que  aparecían en el altar mayor del templo, ya que en las fotografías no se diferenciaban con claridad algunas d elas 27 tablas que lo componían.

Esta es la primera ocasión que Ortega muestra al público sus trabajos, los cuales podrán continuar viéndose en las naves laterales de San Francisco los sábado 5 y 12 de julio en horariao de 19.00 a 21.00 horas.

Ortega se propone continuar su trabajo para conseguir mostrar cómo era todo el contorno entero del interior del templo. No descarata tampoco repreducir la Sacristía del templo, ya que señala que existe una fotografía en un libro gráfico del Padre Balbino Velasco de los años 70 que muestra en detalle cómo era este espacio.

Carpintero, actualmente en paro, Ortega se mantiene de este modo activo y tras San Francisco ya tiene en mente dibujar la fachada completa del Palacio de Pedro I El Cruel, la cual por la estrechez de la calle Colegio, nunca se aprecia en su plenitud. Así señaló que ha realizado fotografías de diferentes partes de la fachada para después recomponerla al completo y poder dibujarla así. También ha dedicado parte de su tiempo a recopilar los escudos de la villa y casi todos los de la Villa y Tierra de Cuéllar y a investigarlos, con el objetivo de poder hacer con ellos una publicación

Con este hobby del dibujo, Ortega se acerca más a lo que le hubiera gustado estudiar, Bellas Artes, aunque  fue un módulo de electricidad en lo que se formó.