| Por Mónica Rico |

La sangría en los medios de comunicación afecta también a las zonas rurales. Y el medio rural, ya de por sí tan denostado por los políticos de administraciones no municipales, se hacen un poquito más pequeños, más invisibles. El pasado mes de marzo pudimos ver como en Cuéllar se prescindía de grandes profesionales y con una larga y dilatada carrera. Todo parecía que porque sus medios habían dejado de apostar por la villa, aunque finalmente se ha visto que no ha sido así. Para las grandes empresas ha sido muy fácil dejar de lado una amplia trayectoria, contactos, personas que saben hacer bien su trabajo, que conocen el ‘mundillo’ y sus avatares; y sustituirles por gente sin experiencia, que empieza, que tiene un largo camino por recorrer. Pero para ellos, tanto para unos como para otros, el camino es nuevo, duro y complicado.

Es muy fácil hablar desde un sillón de crisis, recortes y necesidades, pero mucho más complicado que esa crisis, esos recortes y esas necesidades afecten a uno mismo, a sus amigos, allegados o familiares. Entonces es cuando de verdad uno siente que la crisis le golpea. Y a mí me golpeó. En tan sólo unos meses, los medios han prescindido de compañeros y amigos

Unos amigos que han confiado en su pueblo, apostando por él desde hace años y sacando adelante un sinfín de proyectos. Trabajando para administraciones, particulares, asociaciones y muchas veces colaborando con ellos sin pedir ni un céntimo a cambio, conocedores de las dificultades que todos atraviesan o atravesamos.

En este caso concreto, esta crisis no sólo me ha afectado a mí y mis compañeros. Lo ha hecho con todo el pueblo de Cuéllar, que sin su presencia se hace más pequeño. Sin embargo, son luchadores, conocedores de la realidad actual y, por supuesto, emprendedores. Por ello están ilusionados con un nuevo proyecto, gracias al cual Cuéllar, nuestro pueblo, será más visible. Porque su apuesta se centra en las nuevas tecnologías, y gracias a ellas, en tan sólo unos segundos, desde cualquier parte del mundo podrán conocer lo que pasa en nuestra querida villa. Es cierto que queda un duro trabajo por delante, que se suma a la locura de estas semanas, en las que no han bajado el ritmo y han seguido estando presentes.

Ya sólo resta desear mucha suerte al proyecto, destacar lo que contribuirá a situar Cuéllar en el mapa de nuevo, y agradecer la oportunidad de formar parte de él. Todos esperamos ver cómo este pequeño que ahora nace, madura y se convierte en imprescindible. Tanto como lo son sus creadores para muchos.