|Por Mónica Rico|

Una vuelta a la amistad o a la concordia. Una reconciliación. Eso es lo que propone la candidatura cuellarana para albergar la exposición de arte sacro Las Edades del Hombre en el año 2016, y tal vez eso mismo es lo que conseguiría Cuéllar. Una reconciliación con los visitantes, con el turismo, con ocupar el lugar que como villa llena de patrimonio cultural se merece. Pero, sobre todo, una reconciliación con nuestro pasado y aquello que nos pertenece: las bulas de Indulgencia encontradas en la iglesia de San Esteban en el regazo de Isabel de Zuazo, una colección de casi medio centenar de documentos, algunos de ellos incunables.

Unas bulas que, tras salir de la villa para su estudio, deben regresar a ella. Se trata de unos documentos de gran importancia, de extraordinario interés, con documentos que datan desde finales del siglo XV hasta el primer tercio del siglo XVI, entre los años 1484 y 1535 y que en estos momentos se encuentran archivados, a excepción de algún legajo que se puede disfrutar en el museo provincial. Pero Cuéllar debe ser su destino final, y si la exposición Las Edades del Hombre es el medio por el cual se acercan a la localidad, bienvenido sea.

Bienvenida sea una exposición que en cada uno de los lugares donde se ha desarrollado ha conseguido la creación de empresas, puestos de trabajo, crecimiento de la economía local y miles de visitas a lo largo de todos los meses de duración de la misma. Son muchas las excursiones programadas que la muestra acoge cada día, a lo que sumar las cientos de visitas de particulares que acuden con sus vehículos. Unos más, otros menos, pero, de alguna forma, todos consumen. Comidas, recuerdos, pernoctaciones. La exposición supone mucho más que una simple muestra de arte, es un revulsivo importante para la economía de los municipios en los que se desarrolla y Cuéllar, azotado por la crisis igual que los demás, necesitaría un impulso así.

Merece la pena dar una vuelta por la página web del proyecto y descubrir parte del mismo, en el que se aprovechan algunos de los principales recursos del municipio. Así la iglesia de San Francisco, cercana a una de las salidas de la autovía, con buenas conexiones por carretera y con amplios aparcamientos cercanos, se utilizaría como centro de recepción de visitantes. Desde allí se dirigiría al público hacia la exposición, pero también se podría informar de todos los recursos que tiene la villa, para aquellos que no se quieran quedar en la superficie, y llegar a profundizar en la riqueza de la localidad.

El visitante comenzaría ya su paseo por la exposición realizando una primera parada en la capilla del Hospital de Santa María Magdalena, uno de los espacios que muchos cuellaranos aún tienen que descubrir, y que albergaría el tema de ‘La Penitencia’, motivado por tratarse de un hospital dedicado a enfermos pobres y vergonzantes, cuyo fundador trató de conseguir indulgencias tanto para sus enfermos como para los que asistieran a los oficios religiosos en ella.

La siguiente parada, como no podría ser de otra forma, será en la iglesia de San Esteban, donde el tema central será el mensaje de la Indulgencia. Para ello se espera contar con las bulas de Isabel de Zuazo y a través de ellas mostrar cómo se preparaban para la otra vida y sus intenciones de llegar al Reino de los Cielos. El templo es digno de visita ya aún encontrándose vacío. Quienes no hayan sido aún testigos de la recuperación realizada por la Fundación del Patrimonio, pueden aprovechar el verano para acercarse y disfrutar de la riqueza que ofrece el templo y de maravillas como los sepulcros insertos en los muros del presbiterio.

El recorrido de Las Edades del Hombre continuaría en la iglesia de San Andrés, donde se albergaría el mensaje de El Perdón y Redención de los Pecados, por medio de la imaginería de Jesús Crucificado. San Andrés alberga en la actualidad, entre otras piezas de singular riqueza, un calvario bizantino y la talla románica del Cristo de San Gil, piezas que podrían tener un lugar relevante en el caso de que la muestra llegara a la localidad.

Hasta el momento el proyecto ha recabado numerosos apoyos y cuenta con la simpatía de organizaciones e instituciones. Además, sólo hay que ojearlo para ver qué está perfectamente estudiado, con mensajes claros y espacios definidos, e incluso obras con las que contar. Se trata de una iniciativa completa, trabajada y que no deja nada al azar, a expensas de la financiación. La Reconciliación de Cuéllar debe ser una realidad en el año 2016.