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Tras una fuerte tangana el colegiado decretó el final al descanso


|Por Daniel Martín|

El Cuéllar Eufón se vio salpicado por un grave incidente, justo cuando los jugadores azulones se retiraban a vestuarios con 0-1 en el marcador ante el Briviesca. Un puñetazo al capitán del Cuéllar, Mora, sorprendiéndole por detrás, desencadenó una tangana, en la que los jugadores del Cuéllar se vieron sorprendidos por el delegado de equipo local, y algunos aficionados.

El partido quedó suspendido a la espera de la resolución del Comité de Competición, al no saltar los jugadores del Cuéllar alegando miedo, y tras haber sido agredidos. El árbitro, Quirce Moras, así lo señala en el acta, tras verse obligado a tomar esa decisión.

El partido empezó muy bien para un Cuéllar Eufón, que ajeno a todos los problemas que padece esta temporada, la última la grave lesión de Demi, al que quisieron dedicar el triunfo, sigue peleando como si nada hubiese pasado.

Y esa intensidad inicial sorprendía a un Briviesca que, aunque no se fiaba de su rival, esperaba una tarde plácida ante sus aficionados. La solidez defensiva fue decisiva para que Rober apenas tuviese que intervenir, y con Isma y Rubén, a gran nivel, el Cuéllar dominaba la posesión del partido. En una buena acción por la banda izquierda, combinando Víctor, con Víctor López, el centro lo iba a rematar Magdaleno en el segundo palo para hacer el único tanto del partido.

Justo antes, tuvo lugar una acción bronca entre Jaime y Cristian, sin mayores problemas. El Cuéllar seguía defendiendo su renta ante un Briviesca inoperante en ataque, y sorprendido por el inicio cuellarano.

Así pasaron los minutos, sin acciones destacadas, ante la sorpresa del público local que veía como el Cuéllar estaba siendo mejor sobre el césped. Y tras el pitido final de la primera parte, los jugadores del Cuéllar se fueron a vestuarios, y ahí es cuando surgió el incidente desagradable.

Habían entrado ya algunos jugadores del Cuéllar y del Briviesca, cuando el delegado local propinó un puñetazo al cuellarano Mora, dando inicio a una trifulca, en la que los visitantes, en clara inferioridad al verse sorprendidos, salieron perjudicados.

Varias agresiones, y heridas, algunas de consideración, provocaron que el Cuéllar Eufón, en vistas de que el colegiado no les aseguraba que esos incidentes no volvieran a repetirse, decidió no salir. Recibiendo insultos y amenazas, que les llevó a estar más de una hora encerrados en el vestuario. Al final llegaron los cuerpos de seguridad, y abandonaron el estadio escoltados.

Será ahora el Comité de Competición el que decida cual es el devenir de este encuentro.