Ignacio Sanz presentando su novela “La sombra del pantano” en el Cegafest 2019. | Foto: Gabriel Gómez |

Ignacio Sanz presentó en el marco de la programación de Cegafest su novela corta `La sombra del pantano´, un relato con el río Cega y esa amenaza de construcción de una presa como protagonistas.

Fueron pocos los que en una tarde calurosa de verano se decantaron por asistir a esta presentación, pero los que lo hicieron disfrutaron de los relatos, vivencias y anécdotas ligadas al Cega que Sanz fue contando.

El autor relató como el origen de esta publicación está en  las fotografías que  su sobrino, arquitecto y fotógrafo residente en Alemania, realizó en una de sus visitas a Lastras de Cuéllar, localidad de la que es originaria su familia y el propio Sanz. Así fotografío la zona que inundará el pantano “y me quedé conmovido por la belleza de las fotos”. Algunas de ellas aparecen en el libro, y mostró a los asistentes una del suelo del pinar con piñas y zaragujas, algo que afirmó es “la esencia de nuestra cultura”.

Sanz señaló haber escrito muchos libros, cuentos e historias relacionadas con su tierra, por ello se planteó que  “ante una amenaza que toca directamente a mi pueblo, ¿cómo me voy a quedar parado?”. Zambuyéndose en la novela explicó que la narradora es una profesora del pueblo que emigró a Madrid pero vuelve los fines de semana. Está divorciada y regresa con su hija a casa del tío Fonso, “un campesino que llena de humanidad ese paisaje que visita con su sobrina y su sobrina nieta”. Recordó que hay pasajes llenos de anécdotas, entre ellos explicó qué era empozar el cáñamo y cómo luego el `Tío Cerillas′, conocido dulzainero, lo convertía en cuerdas.

“El río es una fuente de riqueza y de fiesta”, afirmó recordando los baños en su infancia y juventud y cómo además les daba peces y cangrejos en cantidad. “El río era una fuente de vida”, aseguró apuntando que “ahora es penosa la estampa que nos da” estando prácticamente seco en algunas zonas. Así, en la novela quiso reflejar cómo el tío Fonso vivió con respeto al campo “y se sirvió del agua como recurso, sin esquilmarla”. Refleja también cómo el pueblo queda desierto los lunes, e incluye algunas oraciones a la virgen de Sacedón pidiéndole agua: “Dadnos el agua Señora / aunque no lo merezcamos / que si por merecer fuera /ni la tierra que pisamos…”.

Sanz señaló que con este libro busca conmover al lector con la situación que se está viviendo en la zona.