El entierro de la sardina finalizó en el Centro de Día, donde se vivieron momentos de "dolor".

El entierro de la sardina finalizó en el Centro de Día, donde se vivieron momentos de “dolor”. | Foto: Gabriel Gómez |

Con pena los cuellaranos asistieron ayer al fin del Carnaval representado en el tradicional Entierro de la sardina. Usuarios del centro de Día de Personas Mayores, de Fundación Personas y vecinos del municipio acompañaron el cortejo fúnebre en el que las lágrimas y los lamentos por la pérdida fueron los protagonistas.

Al son de la dulzaina y el tamboril de Los Guti el cortejo partió del Centro de Día para descender por la calle Modesto Fraile hasta la Avenida de Los Toros, recorrer los Paseos de San Francisco y por la calle Nueva y calle Hojalatas volver al Centro. Allí, en su patio, se procedió como es tradición a la quema de la sardina, aunque en esta ocasión se incineró a otra sardina ya que la que participó en el cortejo fue indultada.

Para finalizar, los asistentes disfrutaron de sardinas asadas y limonada.