Un momento del desarrollo del coloquio tras el encierro.
Los coloquios tras el encierro culminaron ayer con uno que se centró en la necesidad de unión entre los grupos políticos y las asociaciones y peñas para mejorar en lo posible el encierro de Cuéllar y evitar que se repitan en próximos años situaciones como algunas de las vividas en esta edición.
El concejal de Festejos, Luis Senovilla, el exedil de IU, Miguel Ángel Gómez, y el portavoz municipal del PSOE, Carlos Fraile, participaron junto a Ainhoa Iglesias de la Asociación Amigos del Caballo, el conductor del encierro, Pedro Caminero, el corredor, José Manuel Espeso, y el presidente de la Asociación Encierros de Cuéllar, Jesús Salamanca, en este coloquio moderado por la periodista, Cristina Sancho.
En el acto, se analizó lo sucedido en el último encierro, y se hizo balance de los cinco celebrados en el ciclo, haciendo especial hincapié en el encierro del lunes, cuando sólo un astado completó el encierro y tres de los bravos fallecieron en distintos puntos del recorrido. La falta de organización en este encierro se señaló como una de las causas de lo sucedido. Caminero, asumió su parte de responsabilidad por su afán de que entraran los dos últimos toros del encierro del lunes, pero señaló que si los hubiera visto sin fuerza no lo habría hecho y explicó que en El Canario no se mueven los toros, por lo que el campo les pasó factura, destacando que en la propia ganadería mueren muchos de infarto.
La grandeza e importancia de los encierros de Cuéllar se subrayó desde todos los colectivos participantes, apuntándose también la incertidumbre con qué se desarrollan y cómo todos trabajan para que las reses propicien las carreras en las calles, aunque no faltaron las críticas al descontrol existente en algunas jornadas. Se pidió al Ayuntamiento una reflexión y que tienda la mano a los demás, ya que todos los implicados quieren trabajar por el bien del encierro y por lo mejor para Cuéllar. También se analizaron otros temas que vuelven a la actualidad año tras año, como el elevado número de vehículos en el campo o las llamadas que el público realiza desde las talanqueras al ganado.
