Restos prehistóricos e islámicos han sido hallados en la excavación arqueológica que se está realizando en la calle Palacio de Cuéllar, y que afecta al tramo comprendido entre la iglesia de San Martín y el arco junto al Castillo.

Ana Sandoval, de la empresa vallisoletana Antequem Arqueología y Medio Ambiente, es uno de los arqueólogos que realiza las tareas y señaló que los restos prehistóricos pertenecen a la primera y segunda Edad de Hierro, anterior a los romanos. Los hallazgos apuntó que se encuentran bastante fragmentados al tratarse de una zona muy alterada por las sucesivas obras que se han llevado a cabo, lo que hace que sea necesario extremar la precaución en la limpieza del terreno de la excavación. Aunque afirmó que es claro que “la cerámica y los restos que hay asociados indican que es una ocupación prehistórica”, también lo indican los restos de adobe hallados y que en esa época se buscaban zonas altas para los asentamientos, lo que les permitía tener un control visual sobre el resto de la población. Así en la zona más alta de la vía se han hallado numerosos restos de cerámica y hueso, que son los que permiten dar una cronología a la ocupación.

Zonas de tierra más oscuras marcan a simple vista las zonas donde se encuentran los restos antiguos y en las que se va excavando, muchas de ellas son silos medievales donde los habitantes del poblado guardaban el grano y las cosechas para pasar el invierno. En la zona media e inferior aparecen los silos, algunos de los cuales están ya excavados y limpios y junto a algunos aparece lo que se denomina “fondos de cabaña”, que según explicó la arqueóloga son restos de las antiguas cabañas de los que se aprecia la planta de la pequeña vivienda excavada en el subsuelo y también con restos de cerámicas y huesos de los animales que comían.

Sandoval indicó que las cerámicas que se están encontrando en los silos lleva a una cronología medieval e indicó que es posible que haya restos islámicos en algunos de los hoyos de las poblaciones islámicas que vivieron en la villa en esa época. La excavación llega hasta el nivel natural, retirando todo lo que muestra restos de ocupación.

Hasta el momento han salido a la luz dos fondos de cabañas y varios silos, algunos dentro de éstas y otros en el exterior. La forma habitual de los silos es globular con la zona superior más estrecha que se va ensanchando hacia abajo para evitar así la entrada de aire y favorecer la conservación de los alimentos. Los silos hallados muestran como las sucesivas obras en la zona han ido rebajando su profundidad.

Sandoval señaló que con los fragmentos de cerámica y huesos se realizará un informe y se documentará más fehacientemente el poblado, pudiendo recoger también datos sobre su dieta y sobre los usos ganaderos que tenían.

El Ayuntamiento ha puesto a disposición de los responsables de la excavación una cuadrilla de operarios municipales que contribuyen al vaciado de los silos de tierra y a la extracción de las piezas cerámicas. De este modo pretende que los trabajos puedan agilizarse para que la obra, que ahora se desarrolla junto al arco de San Basilio, pueda estar concluida a comienzos de abril. Los trabajos arqueológicos llevan desarrollándose una semana y el periodo previsto para ejecutar los trabajos al completo es de 15 días.