| El autor calificó la obra como “un drama intenso” |
La sala de la biblioteca municipal Cronista Herrera completó su aforo en la presentación de la primera novela de Ángel Gómez, ‘Los humores de la Tierra’.
El periodista Pablo Maderuelo fue el encargado de conducir el acto y no pudo contener la emoción que para él suponía ese momento por la amistad que le une con el autor y porque ha vivido junto a él el proceso hasta la publicación de la obra.
Sobre el escenario junto a Maderuelo y el autor se situaron Miguel Cubero, profesor jubilado, amigo y compañero de Gómez en el IES Marqués de Lozoya en su etapa como profesor. Él fue el encargado de realizar su semblanza, en ella recordó que a ambos les unía el amor por los libros y otras facetas de Gómez como la de director de teatro de los grupos Los Mirmidones, del instituto, y Tempus Gaudii del Centro de Día de Personas Mayores de la villa.
También se sentaron con el autor Carmen Valentín, de Olombrada, amiga de Gómez y una de las primeras lectoras de la obra y Amado Carabias responsable de la editorial La Isla del Naúfrago, encargada de la publicación de la novela.
Valentín destacó del libro que “proyecta olores, sabores e imágenes que a mí me llevan a la niñez”. Añadió que es un libro “que tiene sonido e imágenes”.
Carabias describió el proceso previo a la publicación de la obra. Así, detalló como antes de decidirse por ponerla en marcha cuenta con lectores distribuidos por España, que no se conocen entre sí, y que la leen sin saber quién es el autor. En este caso todos coincidieron en que la novela “merecía mucho la pena”.
Maderuelo reseño la curiosidad que despierta que Gómez se haya lanzado a publicar por primera vez a los 76 años. El autor dijo que escribió el libro hace unos seis años. A ello dedicó cuatro años y cuatro más mantuvo el manuscrito guardado en un cajón hasta que se decidió a sacarlo a la luz. Aseguró que a lo largo de su vida se sentó muchas veces a escribir, pero rompía el papel siempre. Después, detalló que sus múltiples ocupaciones laborales y aficiones le alejaron de esa tarea hasta que al jubilarse se propuso retomarla.
Sobre el título, Gómez explicó que lo cambio en dos ocasiones. Apuntó que el primero fue ‘Aquella madrugada’, el segundo ‘El canto de la collalba’ y finalmente se decidió por ‘Los humores de la tierra’. Un título que hace referencia “a los fluidos que la tierra lanza”, entre ellos el vaho matinal, la escarcha, el rocío o la calima, explicó.
“Es un drama intenso que provoca emociones y sensaciones turbias, a veces” dijo sobre la obra, que transcurre en los años 50-60 del pasado siglo y en ella el autor sumerge a los lectores en un mundo campesino, rural, que camina hacia el desierto. A través del crecimiento de Gabriel, un niño que vive en Toarbás, aldea rural y mínima en la que pueden verse reflejados cualquiera de los muchos pueblos segovianos o castellanos, acerca el tormento de una vida, la del campesinado, sometida a la servidumbre.
