| Vecinos y sacerdotes de la comarca han participado en la eucaristía |

|Han destacado la labor de los carmelitas en sus 96 años al frente del recinto religioso |

| Fotos: Gabriel Gómez | 

Con una misa de campaña presidida por la imagen de la virgen de El Henar y con la presencia del obispo de Segovia, César Franco, la diócesis ha despedido hoy a los padres carmelitas que durante 96 años han regentado el santuario.

Más de 200 personas se han dado cita en este acto que ha sido concelebrado por párrocos del entorno, entre ellos el de Cuéllar, Fernando Mateo, parroquia que se hará cargo del santuario con la llegada de las hermanas Carmelitas Samaritanas. También han asistido los párrocos de localidades del arciprestazgo como Olombrada o Sanchonuño, el Vicario General de la Diócesis, Ángel Galindo, además de una representación de los padres carmelitas de Valladolid y Madrid, entre ellos el prior de la provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia, Desiderio García y por supuesto los tres padres que aún habitan en el Santuario: el prior, Florentino Bocos, Juan Gil y Francisco Marín.

El Obispo ha subrayado que “las despedidas siempre son dolorosas, siempre son tristes, decir adiós no es fácil”. “Pero las despedidas tienen también un carácter también gozoso, el carácter de la gratitud”, ha afirmado. “Despedimos a alguien que nos ha dado sus dones, su tiempo, su vida, su persona” y por ello ha pedido a Dios por quien ha estado al servicio de la comunidad cristiana,  por los padres carmelitas “que han estado aquí durante tantos años sirviendo a la Diócesis de Segovia en este lugar de peregrinación y de piedad, y acogiendo a los que por la devoción a la virgen vienen buscando favores, misericordia, perdón, porque este santuario es casa de María, casa de misericordia, casa de piedad… tantas cosas son los santuarios marianos”. Unos espacios que ha señalado “son lugares de acogida a los peregrinos”.

Franco ha recordado que faltan solo cuatro años para que los carmelitas hubieran celebrado su centenario al frente del santuario “96 años de acogida, de perdón, absolviendo a los pecadores, de predicación y de vida consagrada, porque son una comunidad de consagrados”. En nombre de la Diócesis ha agradecido a los carmelitas su labor “es una pena que se vayan porque perdemos un carisma en la vida diocesana. “Aquí estará el recuerdo vivo, la memoria vida de su presencia”, ha asegurado el obispo recordando cuando tuvieron en el santuario su noviciado, también ha reseñado la figura de quien fuera cronista oficial de Cuéllar, el padre Balbino Velasco y ha destacado cómo han embellecido y cuidado el recinto que ha considerado “un lugar privilegiado de la diócesis”.

Ha pedido también Franco por las vocaciones haciendo un llamamiento a los jóvenes y le ha pedido a la virgen de El Henar que acompañe a los carmelitas extendiendo su manto.

El todavía prior del santuario, Florentino Bocos, se ha dirigido a los asistentes. | Foto: Gabriel Gómez |

Recuerdos

Concluida la eucaristía, el todavía prior del Santuario ha tomado la palabra para recordar cómo ha sido el paso de los carmelitas por El Henar. Ha recordado a los mártires que allí descansan, pero también cuando el Santuario acogió el noviciado y el seminario menor. Ha mencionado los encuentros de jóvenes y mayores que el recinto ha acogido, algunos hasta con 12.000 participantes. No ha olvidado la solemne vigilia del Rosario de Antorchas, las novenas ni la Romería, pero tampoco las parroquias que desde los obispados de Segovia y Valladolid se les encomendaron. “Gracias al obispado de Segovia que nos confió este lugar para ejercer el ministerio pastoral y a los fieles por la estima y el cariño que siempre nos habéis demostrado”, ha dicho.

“Sentimos mucho tener que irnos de aquí, pero la situación vocacional hoy es preocupante y nos lleva a ello”

“Sentimos mucho tener que irnos de aquí, pero la situación vocacional hoy es preocupante y nos lleva a ello”, ha manifestado. “Quedan en nuestro lugar las hermanas samaritanas que pondrán al servicio del santuario su alegría, su juventud y su experiencia espiritual”, ha señalado deseando que los fieles compartan con ellas ratos agradables. Así se ha despedido dando las gracias y afirmando “siempre rogaremos por los fieles de este santuario, lo hacemos todos los días y seguiremos haciéndolo siempre”. Un prolongado aplauso ha resonado en la pradera, tras el que el prior de la provincia carmelita se ha dirigido a los asistentes manifestando su gratitud a la diócesis de Segovia “porque nos dieron una casa donde orar, y que mejor sitio que la casa de la virgen”. “Gracias también a mis hermanos de hábito que durante estos 96 años con entrega y generosidad han desgastado su vida con alegría, con entusiasmo, al frente del santuario”, ha apuntado. Finalmente ha dado las gracias “especialmente a los devotos y fieles de Cuéllar y Viloria, y a todos aquellos que con asiduidad os acercáis aquí a la casa de la virgen”. Una virgen, la de El Henar, a la que ha agradecido su amparo y protección durante estos años y le ha pedido que continúe bendiciendo esa casa en el futuro.

El vicario general, Ángel Galindo, no ha querido olvidar “a tanta gente que ha pasado por aquí en estos 96 años”. Ha recordado como “muchos de nosotros la primera vez que vinimos aquí no vinimos, nos trajeron” y a él en concreto a los tres meses de vida cuando su madre le llevó para ofrecerle a la virgen de El Henar desde su pueblo natal, Fuentesaúco de Fuentidueña. Ha querido señalar también como la devoción a la virgen se extiende mucho más allá del entorno de Cuéllar y Viloria, algo que ha agradecido a los padres carmelitas. “Cuando nos dijisteis que os marchabais perdíamos una joya, pero estaréis ahí ayudando a nuestra iglesia a mantener la fe” ha afirmado agradeciéndoles su presencia “y lo bueno que habéis hecho”.

El obispo ha sido el encargado de entregar al prior provincial una placa con el santuario y la virgen de El Henar y la leyenda: “La diócesis de Segovia a los carmelitas de El Henar en agradecimiento a su servicio 1924-2020”.

Los asistentes han lanzado vivas a la virgen de El Henar mostrando su fervor a la imagen para cerrar el acto.