La Junta de Castilla y León ha comunicado a los centros educativos que a partir de hoy no será obligatorio el uso de mascarilla en los patios de colegios e institutos.

La decisión la ha tomado después de que el Ministerio de Sanidad aportase documentación requerida por las consejerías castellanoleonesas de Educación y Sanidad. Durante el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado ayer, el ministerio aclaró que «se considera que la interacción en los centros educativos en la actividad educativa ordinaria al aire libre no se corresponde con eventos multitudinarios». En base a esta aclaración, la Consejería de Educación ha modificado su protocolo con efectos de hoy, 11 de febrero.

 

No obligatoria en espacios abiertos

Cabe recordar que desde ayer la mascarilla no es obligatoria en todo el país en espacios abiertos, según establece el Real Decreto 115/2022. El Gobierno Central justifica esta decisión por «un descenso estable y rápido de la incidencia» desde el 21 de enero, según aparece en el Boletín Oficial del Estado.

También apunta que «la probabilidad de hospitalización, ingreso en UCI o fallecimiento durante esta onda epidémica ha mostrado ser hasta entre 10 y 22 veces inferior a la observada en ondas previas». Esto «reduce la presión comparada con otros periodos, pese a las altas incidencias registradas», añade. Algo que el Gobierno Central achaca especialmente a la alta tasa de vacunación. Y además a que las variantes actualmente en circulación «parecen producir un cuadro clínico menos grave según los estudios disponibles».

Sin embargo, deberán usarla los mayores de seis años en espacios cerrados de uso público o abiertos al público. También es necesaria en medios de transporte público y sus accesos, y en los transportes privados complementarios de hasta nueve plazas.

En espacios multitudinarios al aire libre es obligatoria cuando los asistentes estén de pie. Y en caso de estar sentados, siempre que no se mantenga una distancia mínima de 1,5 metros entre personas, salvo grupos de convivientes.

No obstante, el decreto también llama al a prudencia y considera que la relajación de las medidas se debe valorar a nivel individual. Para ello cada persona deberá tener en cuenta la pertenencia a grupos de mayor vulnerabilidad, la vacunación y la actividad y comportamiento social que pueda incrementar los riesgos de transmisión.