| Fotos: Dammar Restauración |

La parroquia de Cuéllar ha encargado a la empresa Dammar Restauración y Conservación de Bienes Culturales. Unos trabajos que ya preveía realizar en octubre cuando para sufragarlos se pusieron a la venta réplicas de la imagen.

Mariví Postigo y Diana Martínez, están al frente de esta empresa de restauración cuyo taller está situado en Fuentepelayo.  Los trabajos les llevará aproximadamente un mes realizarlos, por lo que aún les quedan dos semanas para concluirlos. Ésto permitirá que la virgen luzca su mejor imagen en la procesión del sábado de Toros, 26 de agosto.

El deterioro de la imagen no era muy importante, aunque según señaló Postigo acumulaba mucha suciedad en toda la superficie, debido al humo y los barnices, oxidados y amarillentos. Así también apuntó que tenía grietas en la madera, y pintura levantada, además de algunos roces y abrasiones por las partes más sobresalientes, una alteración que se produce habitualmente por el movimiento de lugar de la imagen y las procesiones. También la madera de la parte baja estaba carcomida por los insectos.

Una de las partes más alteradas era el rostro de la virgenel cual Postigo señaló que estaba cubierto de una pintura pastosa, de un material que no se tenía muy claro, y que cubría la policromía original, dando un extraño aspecto a la Virgen y al Niño. También añadió que la corona, que debía continuar con la madera se había eliminado, con una gubia o similar, posiblemente para poner un velo.

Los primeros trabajos realizados han consistido en tomar unas pequeñas muestras de pintura en diferentes puntos de la imagen para realizar un análisis químico de las mismas y conocer su edad y así poder datar e identificar la pintura, con lo que se conseguirá documentar mejor la imagen e incluir esta información en el informe final de la restauración. Después se dará solución a algunas faltas de policromía detectadas.

Tras un primer análisis para detectar los problemas de la imagen se inició la restauración con un tratamiento de limpieza para eliminar la suciedad y los barnices oxidados, cerrar las grietas de la madera y consolidar la zona que estaba carcomida. Por otro lado se ha eliminado la pintura de la cara, por lo que ésta aparecerá más clara, lo que  a buen seguro llamará más la atención a los fieles. Las restauradoras aseguran que el cambio de la imagen será importante y sorprenderá a los vecinos ya que por ejemplo los colores resaltarán más, como el dorado del manto, al realizar la limpieza de los barnices.

Ahora los trabajos se centran en el estucado, con el que se tapan los huecos donde no había pintura para nivelar la superficie. Estas áreas posteriormente se lijan y se reintegra cromáticamente todas las ausencias.