| Fotos: Gabriel Gómez |

Las medidas de flexibilización de la fase 0 del estado de alarma incluyen la apertura al culto de las iglesias, tras dos meses cerradas, limitando su aforo a un tercio de su capacidad. Así desde hoy en Cuéllar las iglesias vuelven a abrir sus puertas para las eucaristías y la primera ha tenido lugar a las 11.30 horas en la iglesia del Convento de la Concepción. Apenas una decena de personas ha asistido a la celebración, entre ellas las monjas que residen en el convento. El párroco de la villa, Fernando Mateo, ha sido el encargado de oficiar esta primera misa señalando que “han sido dos meses duros, negros, oscuros”. No se ha olvidado de recordar a  los enfermos y el trabajo que realiza el personal sanitario.

Los horarios establecidos por la parroquia local  para las celebraciones señalan que de lunes a sábado habrá misa a las 11.30 horas en la iglesia del convento de la Concepción y a las 19.30 horas en la iglesia de san Miguel.

El domingo las eucaristías serán a las 11.30 horas en el convento de La Concepción y a las 12.30 horas en San Miguel.

“Estoy contento de retomar la actividad”, afirma el parroco del municipio, Fernando Mateo, aunque hace también un llamamiento a la prudencia por parte de los feligreses que acudan. Así, como también señalan las normas hechas públicas por la Diócesis de Segovia, recuerda la recomendación de no acudir a los mayores de 65 años o 70 en el ámbito rural, indicando que cuentan con una dispensa “por lo que no deben tener problemas de conciencia por no acudir. Indica que pueden seguir la misa en casa a través de las retransmisiones televisivas.

 

Medidas

A los que acudan a las misas se les indica la obligatoriedad de portar mascarilla durante la celebración, y en los accesos al templo se han dispuesto dispensadores de gel hidroalcohólico para que los asistentes desinfecten sus manos tanto a la entrada como a la salida. Una salida que invitarán a realizar de manera individual sin aglomeraciones evitando concentrarse en el exterior sin mantener la distancia de seguridad.

A lo largo del fin de semana los templos que acogerán las eucaristías se han preparado para ello desinfectándose tanto suelos como bancos con una disolución de lejía. Así se han puesto pegatinas en los bancos en los lugares que pueden ocupar los asistentes que se distribuyen en bancos alternos, para garantizar la distancia de seguridad. Del mismo modo en el pasillo central se han marcado líneas para que durante la comunión se mantenga también .

Precisamente la comunión tendrá más particularidades, Mateo indica que se dará en la mano y antes de comenzar se pronunciarán las palabras “El cuerpo de Cristo. Amén”, de manera que posteriormente  la comunión se tomará en silencio tanto por parte de los feligreses como del párroco. Los sacerdotes disponen también de gel para desinfectar sus manos antes y después de la comunión.

Mateo informa de que también se suprime el acto de dar la paz de la manera tradicional uniendo las manos, para evitar el contacto físico. Los propios párrocos se encargarán también  por el momento de realizar las lecturas, evitando así que otras personas tengan contacto con los elementos.