Más de un centenar de edificios gobernados por instituciones religiosas en España, muchos de ellos de carácter histórico y artístico, han incorporado en los últimos años instalaciones de biomasa como fuente de calor, según ha informado hoy la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, AVEBIOM, en el transcurso de la Jornada de Biomasa celebrada en Cuéllar, en el marco de las actividades organizadas con motivo de la exposición ‘Reconciliare’ de las Edades del Hombre.
De acuerdo con los datos aportados por el experto en agroenergía y técnico de proyectos de AVEBIOM, Juan Jesús Ramos, en España cuentan actualmente con instalaciones de biomasa al menos 24 iglesias y centros parroquiales, 14 universidades católicas, 23 residencias de mayores, una decena de colegios, once monasterios, cuatro centros asistenciales, cinco seminarios, seis casas rectorales, dos residencias de estudiantes y un hospital (Salamanca).
En la mayor parte de los casos, según ha señalado Ramos, se trata de edificios de grandes dimensiones, por los que pasan o residen un elevado número de personas “a las que es necesario dar confortabilidad, para lo cual la biomasa está siendo una solución perfecta, no solo por el ahorro en los gastos energéticos, sino también por las sinergias socioeconómicas que se generan por su uso”.
Ejemplo de ello son las experiencias concretas que se han expuesto en el transcurso de ponencias presentadas por parte del director del Colegio San José de Valladolid, Carlos Entrambasaguas, y el abad de la basílica de San Isidoro de León, Francisco Rodríguez Llamazares.
El Colegio de San José de Valladolid, situado en el centro de la ciudad, cuenta con 1.500 alumnos. El edificio, construido en 1888, ha sido objeto de una reciente rehabilitación, al tiempo que se ha ampliado en más de 6.600 metros cuadrados. El núcleo fuerte de generación de calor para calefacción y agua caliente es una caldera de biomasa de 400 Kw de potencia y 90 por ciento de rendimiento, alimentada por pellet de calidad EN-plus que se almacena en un depósito de unos 90 metros cúbicos útiles situado junto a la caldera.
En la cubierta del edificio se han instalado los climatizadores de aire primario, dotados de los intercambiadores de calor, con las secciones de filtrado, de enfriamiento adiabático y de free-cooling adecuadas. Estos climatizadores impulsan y recogen el aire de ventilación a las diferentes dependencias del edificio a través de la red de ventilación.
Entrambasaguas destacó que el uso de la biomasa no es solo una cuestión de números, sino “una cuestión e responsabilidad social corporativa”. “Nosotros entendemos que sustituir una fuente de energía no sostenible y mucho más contaminante y que proviene de unos países cuyo respeto por los derechos humanos no es su punto fuerte, por una fuente de energía producida aquí, por proveedores locales, sostenible y menos contaminante, nos parece una opción óptima”. La caldera lleva 6 años en funcionamiento y proporciona calefacción y agua caliente sanitaria al colegio y el polideportivo, aunque la parte antigua del centro continúa utilizando gas como combustible pero la caldera tiene potencia para suministrar a todo el colegio. Entrambasaguas señaló que primero sería necesario lograr un aislamiento térmico del edificio para después plantear el uso de la biomasa. En total se benefician más de 1200 alumnos desde los 4 meses hasta los 18 años de edad.
En cuanto a la Colegiata de San Isidoro, en León, se trata de un edificio de los siglos XI-XII, en el que se ha utilizado una de las carboneras existentes como silo de almacenamiento de la biomasa; y una de las que albergaban los antiguos hornos de carbón, como sala de calderas. En este templo, según ha señalado su abad, Francisco Rodríguez, la biomasa sustituyó la antigua calefacción de carbón. Previamente a la sustitución de la calefacción la consejería de Cultura dotó al templo de un Plan Director y las obras en el templo comenzaron por la cubierta eliminando así las humedades, se determinó después la calefacción a instalar decantándose por la biomasa y se procedió a la limpieza del templo y a la sustitución también de la instalación eléctrica.
Ahora la Colegiata cuenta con dos calderas Biotech PZ 100, de 100 kW cada una, alimentadas por aspiración, lo que permite que haya separación física del silo de combustible y la sala de calderas, vital en el proyecto debido a las dificultades arquitectónicas que presenta el monumento. Se ha instalado un depósito de acumulación de 3000 litros, suficiente para los hábitos de consumo del edificio, que demanda calefacción las 24 horas del día.
El sistema de distribución consta de 56 bancos radiantes alimentados a baja temperatura, que permiten el mantenimiento de la sensación de confort térmico en la Basílica.
Otras dependencias de la Real Colegiata, como la Capilla del Santo Martino y la sacristía, se calientan con fancoils y radiadores.
Programación
La programación de las jornadas incluye esta tarde una visita técnica a la planta de biomasa dirigida por el concejal de Patrimonio, Luis Senovilla.