Comprometida con la conservación y la difusión del Patrimonio de la provincia, la Diputación de Segovia ha anunciado una nueva colaboración en materia arqueológica. Después de que hace unos meses se diesen a conocer los avances en las investigaciones de la ciudad romana de Confloenta, en la actual zona de Duratón, el presidente de la institución provincial, Francisco Vázquez, encabezaba hoy una convocatoria en la que se presentaba un nuevo proyecto que pretende investigar el poblamiento y territorio en la Antigüedad y la alta Edad Media en la villa romana de Santa Lucía, en Aguilafuente.

Con la participación del alcalde de Aguilafuente, Jesús Ballesteros; la diputada de Cultura y Juventud, Sara Dueñas; y la responsable del Aula Arqueológica, Laura Frías, en la rueda de prensa, Santiago Martínez Caballero, director del Museo Provincial y  autor del proyecto de Santa Lucía junto a Manuel Retuerce, daba a conocer los detalles de unas excavaciones ―las terceras de carácter científico en este enclave arqueológico― que se llevarán a cabo durante todo el mes de julio y para las que, al equipo de arqueólogos del proyecto, se sumará un buen número de alumnos universitarios. Los trabajos de excavación se complementarán, además, con la cuarta edición del Curso Práctico de Antropología de Campo, coordinado por el doctor Retuerce, de la Universidad Complutense de Madrid, y el doctor Jesús Herrerín, de la Universidad Autónoma de Madrid, para abordar la excavación y estudio de la necrópolis visigoda que ocupó el solar en ruinas de la villa imperial romana. El conjunto de la iniciativa contará con un presupuesto de unos 52.000 euros, de los que el Consistorio aporta 37.000 y la institución provincial los otros 15.000 euros.

Precisamente la Diputación colabora también con el Ayuntamiento de Aguilafuente en la celebración de este curso, además de haber contribuido a la construcción del aparcamiento para las visitas turísticas a la zona y de haber puesto al servicio del proyecto a sus topógrafos para la realización de la planimetría previa a las excavaciones.

Estas excavaciones tienen como principal objetivo poner en valor los restos arqueológicos de Santa Lucía Éstas tienen como principal objetivo poner en valor los restos arqueológicos de Santa Lucía tanto para su conocimiento patrimonial como para su disfrute por la sociedad. Al mismo tiempo, según han explicado los responsables, pretenden servir de foco de dinamización socioeconómico de Aguilafuente, constituyendo un espacio visitable y de referencia en la provincia, y complementando así al trabajo que desde hace años realiza el Aula Arqueológica de la localidad.

De este modo, a partir del mes de julio y después de una labor de seguimiento que comenzó en febrero, darán inicio las terceras excavaciones en la villa romana, que ya experimentó este tipo de actuaciones entre 1968 y 1972, que sacaron a la luz todas las estructuras hoy visibles, y en 1993, restringidas entonces a un pequeño sondeo de comprobación. Estos trabajos de exploración se llevan a cabo de forma paralela a los de limpieza, prospección y acondicionamiento, y, según afirman sus responsables, con el objetivo fundamental de profundizar en el conocimiento de la evolución del territorio de Aguilafuente en época romana, tardo antigua y alto medieval.

Tal y como explicaba el director del Museo Provincial, “el yacimiento de Santa Lucía es un amplio yacimiento que ofrece los restos de una típica villa bajo imperial romana, ocupada durante los siglos IV y V d.C., que conformaba un centro de residencia de un potentado local (dominus) y todas las explotaciones agrarias gestionadas desde el mismo”. La pars urbana de esta villa, es decir, el conjunto palaciego central, donde se han realizado excavaciones integrales en la mitad occidental y se han llevado a cabo sondeos que han permitido completar la planta y el perímetro del sector, cuenta con una extensión aproximada de 2.500 m2. El edificio de la villa conformaría solo esta pars urbana y en torno a su construcción se situaría la pars rustica, es decir el espacio donde se situarían dependencias de servicio, área residencial de esclavos y personas dependientes del señor, talleres, almacenes, establos, etcétera, a las que habría que sumar un tercer sector de la villa, la pars fructuaria, donde se localizarían las tierras extensivas agrícolas (fundus), terrenos los terrenos para ganadería y pastoreo (saltus) y los bosques (silva).

La villa bajo imperial cuenta además, tal y como explicaba Santiago Martínez, con ocupación precedente, de época alto imperial, de los siglos II-III d.C., apenas conocida, y que va ser objeto también de investigación, mientras que tras la ruina de la villa en el siglo V d.C. sobre los restos de la misma se dispuso un cementerio alto imperial (necrópolis “visigoda”) del que fueron registradas doscientas tumbas en las excavaciones de 1968-1972. “Igualmente, en el sector nororiental de la villa se encuentran restos arquitectónicos medievales y modernos, que parecen corresponderse con la iglesia de San Mamés, documentada desde el siglo XII, luego convertida en iglesia de Santa Lucía, que da nombre al actual paraje, en uso hasta el siglo XIX”, apuntaba Martínez Caballero.

Para la población de Aguilafuente, según comentaba su alcalde, Jesús Ballesteros, estas nuevas excavaciones son muy esperadas. Los vecinos ya se volcaron con la iniciativa de descubrir Santa Lucía hace veinticinco años y su implicación en estos nuevos trabajos ya ha comenzado a vislumbrarse en el municipio desde que dio comienzo la actividad de análisis previo.