“Cristo de San Mamés. Historia de una Advocación Secular” es el título de la publicación realizada por Manuel Álvarez, en la que profundiza en el origen de la devoción al santo y en los antecedentes históricos de la iglesia de San Mamés extraídos en su mayoría de los libros del Archivo Parroquial de El Campo. Allí, quien fuera párroco de la localidad en el siglo XVII, el sepulvedano Juan Félix de Ceballos, relata detalles sobre cuando y cómo se restauró el templo. Datos éstos que Álvarez califica en el preámbulo de su publicación como de un valor histórico evidente, señalando que “hace unos apasionados relatos sobre la relación espiritual entre los feligreses de su parroquia y el ‘Santo Cristo de San Mamés”.
Existe constancia que en 1463 el templo estaba abierto al culto. El templo, de estilo mudéjar, era casi con seguridad de una sola nave con un ábside en la cabecera, con características constructivas similares a las de la iglesia de Santiago de Cuéllar. Álvarez apunta que es indudable la vinculación que el templo originariamente tenía con una población de la época.
En 1661 el autor halló un documento integrado en el Libro de Fábrica de la parroquia de San Juan Bautista de El Campo y redactado por el párroco de la localidad. En él se hace referencia al estado semiruinoso de la iglesia con la nave derruida y la cubierta en muy mal estado. Juan Félix de Ceballos, contribuyó a la restauración del templo y a la exaltación del culto y devoción al Cristo de San Mamés. Así tan solo dos meses después de su llegada a Campo, en 1661, encargó la rehabilitación del templo, obra que encomendó a Gabriel García por 1041 reales, en 1664 se completaron las obras con el revestimiento interior y exterior de los muros. Concluida la recuperación instauró el culto. Fue entonces cuando se planteó la necesidad de dotar a la iglesia de una imagen y se determinó llevar la imagen de un cristo románico que se encontraba en un altar detrás del retablo lateral de la iglesia de Campo, todo ello con el beneplácito de los vecinos.
“En el año de mil seiscientos sesenta y uno se reedificó la iglesia de San Mamés, primera que fue desde el lugar del Campo y del lugar de Pelegudos, ya despoblado como me consta por tradiciones antiguas de hombres ancianos (…) y por estar sin alguna imagen se colocó en ella una hechura de Cristo nuestro redentor crucificado que estaba en la iglesia de San Juan deste lugar del Campo con aplauso y regocijo de los fieles…”, relata el párroco
Álvarez recoge también como en 1664 y 1665 se realizaron rogativas pidiendo agua pero cayó poca, por lo que el pueblo, según el párroco determinó llevarlo en novena a la iglesia de Campo y se logró la lluvia “…que fue para salir de cuidado los labradores deste” según el párroco, quien también relata su intercesión en sanar epidemias y enfermedades e incluso hambruna.
Álvarez destaca como significativo que la devoción no solo se circunscribe a Campo de Cuéllar sino que se extendía a localidades del entorno como Narros de Cuéllar, Arroyo de Cuéllar, Chatún, Gomezserracín, Sanchonuño, Chañe… hasta las que también llegaron noticias de las buenaventuras del santo.
La fiesta del Cristo, cada mes de mayo es una cita para los vecinos de El Carracillo.