| Fotos: Nuria Pascual |

El AMPA del IES Duque de Alburquerque de Cuéllar ha ofrecido hoy a los alumnos del centro en los recreos la degustación de un almuerzo solidario. Una actividad en la que han participado tanto alumnos como profesores y que ha destinado los fondos recaudados a Cruz Roja Segovia.

Este año, como novedad, además de dulces se ha ofrecido a los alumnos frutas (frambuesas y arándanos) y zanahorias, e incluso los celiacos han contado con dulces sin gluten. Los dulces se han entregado en portabocadillos artesanales realizados por costureras voluntarias. Con estos portabocadillos se quiere también concienciar a padres y alumnos de la necesidad de  reducir los residuos evitando envoltorios desechables para los almuerzos diarios. El precio de los dulces con el portabocadillos y la fruta era de 2 euros.

Tres voluntarios de Cruz Roja Juventud han participado también en esta actividad acercándose a los jóvenes para informarles de su labor.

José Gómez, representante del AMPA, ha destacado la participación en este almuerzo de varias panaderías y pastelerías, así como empresas hortofrutícolas y viveros de la zona. Ha afirmado que el objetivo “es aportar dinero a los numerosos proyectos que tiene Cruz Roja, que nos están ayudando también a dinamizar el voluntariado entre los jóvenes”.

La buena acogida de esta  iniciativa hace que se repita cada año y este es el cuarto que tiene lugar promovida por el AMPA del centro.

Desde Cruz Roja tenían previsto desarrollar actividades con los jóvenes, pero la mala climatología lo ha impedido. Así Silvia Estévez ha explicado que han aprovechado para hacer “una difusión de nuestra actividad en el pueblo”. Ha apuntado que no cuentan con un grupod e jóvenes organizado en el municipio por lo que “queremos activar a la gente para hacer actividades con ellos y para ellos de cara al verano”. Estévez ha señalado que la respuesta de los alumnos ha sido buena y han mostrado interés. Además algunos de ellos ya han participado en actividades y charlas de Cruz Roja anteriormente.

Los voluntarios dejan que sean los alumnos los que propongan las actividades a desarrollar “lo que les guste, lo que les interese, que nos lo propongan y vemos cómo podemos hacerlo”. Así se plantean poder venir un día a la semana o cada quince días para encontrarse.