| La iniciativa ha sido realizada con alumnos de 4º de la ESO en la asignatura de Biología y Geología |

| Conlleva también la plantación de especies aromáticas para reducir la huella de carbono del centro | 

| Fotos: Almudena Pascual |

Los insectos que busquen alojamiento ya cuentan con un hotel en el IES Marqués de Lozoya de Cuéllar, una iniciativa puesta en marcha por alumnos de cuarto de la ESO en la asignatura de Biología y Geología.

La idea surgió de Almudena Pascual, alumna en prácticas del máster de profesorado de la Universidad de Valladolid, que ayer completaba su permanencia de dos meses en el centro. Dentro de esas prácticas, Pascual detalla que debe realizar una unidad didáctica, impartiendo clase a los alumnos. Así en esas clases realizaron un proyecto calculando la huella de carbono, indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto, en este caso del centro. “A partir de estos cálculos nos dimos cuenta de que había que plantar bastantes pinos, y muchos árboles y plantas para poder compensar esta huella de carbono“, explicó Pascual cifrándola en casi 270 toneladas de CO2 en un año académico en el centro.

Para compensar ese CO2 que genera el centro, decidieron continuar con la labor que ya iniciaron el pasado año con la plantación de pinos, encinas y romero con la colaboración del Centro Integrado de Formacion Profesional (CIFP) de Coca. Una labor que la pandemia impide continuar este año, por lo que se optó por comprar semillas de plantas aromáticas como lavanda, romero… y en el centro de donde se plantaran instalar un hotel de  insectos “para también atraer a pequeños invertebrados como abejas, mariquitas… para que aumente la biodiversidad del patio del instituto”.

Julia de Grado, profesora de Biología y Geología del centro, señaló que los alumnos de cuarto concluyen la etapa formativa de la ESO y tienen cuatro horas semanales de su asignatura, lo que “les permite hacer muchas actividades y proyectos que en otras materias de cursos anteriores o bachillerato”. Así indicó que con la iniciativa del año pasado celebraron el Día del Árbol plantando  árboles y otras especies con la idea de que fuera un proyecto más duradero “la idea es con esos proyectos mejorando las instalaciones del centro“, ya que disponen de mucho espacio exterior. Este año contando con Almudena Pascual realizaron el cálculo de la huella de carbono y consideró interesante celebrar de nuevo ese Día continuando con la plantación de especies “porque además era una de las iniciativas para reducir esa huella de la emisión de gases de efecto invernadero”. Además De Grado apuntó que las limitaciones de la pandemia no les permite este año moverse del centro ni tampoco los alumnos de Coca han podido acudir.

De Grado subrayó que “los chicos están encantados, están muy motivados y todo lo que sea hacer las clases diferentes de lo que son día a día es bien recibido por ellos”.

Aunque Pascual concluye sus prácticas, desde el centro la han invitado a seguir acudiendo cuando pueda, de hecho la profesora de biología señaló que para tener futuras plantas Pascual ha realizado semilleros con los alumnos en envases reciclados, con tierra y semillas de plantas aromáticas “para en mayo cuando empiecen a germinar poder plantarlas en el terreno”. Una iniciativa esta de la plantación que podrán desarrollar también en próximos cursos.

Los alumnos colocando en el interior del hotel los materiales naturales recolectados. | Foto: Almudena Pascual |

 

El hotel

Un hotel de insectos “intenta crear como un refugio auxiliar a la fauna, a los más pequeños, los invertebrados, porque son uno de los grupos de animales que más peligro está sufriendo ahora”, apuntó Pascual, recordando que la mayoría están en peligro de extinción, entre ellos las abejas. “Estos insectos son muy importantes para nuestra vida”, señaló indicando que Albert Einstein decía “que sin las abejas duraríamos cuatro años”. “Casi el 70% de las plantas que polinizan las abejas son la base de nuestros alimentos como el café, los girasoles…”, explicó añadiendo que “muchas plantas que para nosotros son vitales sin abejas se podrían convertir en productos de lujo porque se tendría que polinizar casi a mano, con pinceles flor a flor”.

En el refugio se han puesto materiales naturales como piñas, cañas, corteza de pino, ramas, tapones de corcho… “materiales que estos animales los reconocen como naturales, les atraen y se quedan por la zona del hotel de insectos”. Si además se incorporan plantas aromáticas “mucho mejor”, aseguró Pascual.

Los hoteles de insectos pueden construirse con muchos materiales incluso con una lata, pero el del instituto está construido con media docena de palés que se han apilado y en sus huecos se han ido poniendo los materiales recolectados por los propios alumnos en los pinares y el entorno del municipio.

La instalación no requiere mantenimiento ya que los elementos que lo forman al ser naturales tardan mucho en degradarse, “lo único que hay que hacer, como está en exterior, es tapar el hotel con una malla para evitar que el viento se lleve los materiales o que los pájaros piquen los materiales y se alimenten con los insectos”, dijo Pascual.

Para informar al resto de sus compañeros del centro de esta iniciativa del hotel de insectos los alumnos de 4º de la ESO han elaborado unos paneles con cartulina informando del resultado del cálculo de la huella de carbono del centro y  del proceso de construcción del hotel de insectos. Asímismo los utilizarán para divulgar a través de las redes sociales  su iniciativa.