Los andamios cubren ya la fachada de la iglesia de La Cuesta. | Foto: Nuria Pascual |

La empresa Trycsa ha iniciado los trabajos de restauración de la iglesia de santa María de la Cuesta de Cuéllar en cuyo exterior ya se pueden ver los andamios. Los trabajos se prolongarán durante un periodo de un año y conllevarán la restauración de las cubiertas, la galería y la nave interior del templo. Tendrán un coste de 450.525,94 euros y será financiada por la Junta de Castilla y León y fondos FEDER.

Durante la firma del acta de replanteo, a finales de septiembre, uno de los arquitectos redactores del proyecto, el cuellarano Fernando Nieto, manifestó que los trabajos sacarán a la luz elementos mudéjares, románicos, góticos y barrocos, muchos de ellos ocultos tras las diferentes intervenciones que se han llevado a cabo a lo largo de los años.

En la fachada exterior se sacarán a la luz las arquerías mudéjares, y se pondrá en valor el atrio norte del templo, lo que conllevará la supresión de la que fuera vivienda del sacristán y del taller de restauración del Obispado que acogió la primera planta.

En el interior del templo se renovarán los acabados de muros y bóvedas recuperando los tonos de su pigmentación original y realizando las reparaciones necesarias en esos elementos.

También se actuará sobre el coro, reforzando su estructura y sustituyendo la escalera de acceso al mismo que actualmente se encuentra en muy mal estado. Se repararán también los acabados interiores de la sacristía y antesacristía y se recuperará un arco del antiguo atrio sur cuya existencia se detectó en el estudio murario previo.

En el cuerpo sur se actuará sobre la sacristía reparando todas las goteras existentes y sustituyendo toda la estructura de madera, según señaló Nieto.

Se impermeabilizará y renovará la cubierta, así como toda la carpintería del templo.

 

La Cuesta

Situada extramuros de la Villa la iglesia de La Cuesta se asienta sobre una colina desde donde se divisa toda la villa al norte y la masa de pinares al sur. La iglesia es de origen románico, pero se conservan también interesantes restos mudéjares. Su origen nos lleva al siglo XII ya que se tienen noticias documentales de su existencia ya en el año 1199.

La torre muestra su arquitectura mudéjar en las cenefas con filigranas de ladrillos junto a la cubierta, las aristas de sus esquinas y los casetones en ladrillo en la zona más baja de la torre.

La iglesia de una sola nave se encontraba protegida por un atrio mudéjar que ahora se abrirá. Alberga en su interior un retablo barroco cuya imagen central es la Inmaculada. También se encuentran varias obras procedentes del Convento de los Trinitarios y de la Iglesia de San Sebastián.