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jueves, 5 de diciembre de 2024
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Cuéllar durante la guerra de la Independencia

Patio de Armas del Castillo.
Patio de Armas del Castillo. |Foto: Gabriel Gómez|
|Por Miguel Ángel García*|

La villa de Cuéllar se encuentra al norte de la provincia de Segovia, fronteriza con la de Valladolid. Si en 1812 nos acercáramos a ella desde Segovia, guiándonos por la descripción que aparece en el número del mes de octubre de ese año de la publicación “The Royal Military Chronicle”, seguiríamos la siguiente ruta: Después de pasar los pueblos de Zamarramala y Escarabajosa se divisa Navalmanzano. En unas seis millas más adelante se llega al pequeño río Pirón (se confunde ya que el Pirón está antes de llegar a Navalmanzano) sobre el cual hay un puente de piedra. A continuación se atraviesa un bosque de pinos y otras plantaciones similares hasta llegar a la aldea de Sanchonuño, a seis millas de Navalmanzano. A continuación se entra en otro bosque de pinos de unas ocho millas de extensión, y al llegar al final del mismo está Cuéllar

De la Villa, ésta es la descripción que hace: “Cuéllar es una pequeña ciudad que lleva el título de un marquesado. Se sitúa en la ladera de una colina, en cuya cima se encuentra un antiguo castillo. Se supone que es la antigua Colenda, célebre por su larga resistencia a los romanos. El lugar no se redujo hasta después de un asedio de nueve meses, cuando los valientes habitantes fueron vendidos como esclavos. Cuéllar contiene cerca de tres mil personas, pero a juzgar por su extensión, y el número de sus parroquias,  debe haber sido antiguamente mucho más poblada. La rubia se cultiva aquí con mucho éxito, y hay varios molinos empleados en molerla. Un número considerable de personas están ocupadas en la preparación de la lana para las fábricas de Segovia. El duque de Albuquerque, que recientemente murió en Inglaterra, era marqués de Cuéllar, y tenía un magnífico palacio en el barrio de esta ciudad. Sus ancestros han conservado una gran variedad de objetos raros y curiosos en este lugar; entre otros hay una buena colección de armas antiguas, incluyendo trescientos juegos completos de armaduras, lanzas, picas, espadas… todas de diferentes épocas y naciones”.

tercio de Cuellar

Al iniciarse la guerra, Manuel Antonio Gómez, alcalde Mayor y presidente de la Junta de Armamento, ordena la construcción de 500 uniformes para la creación de un Tercio que llevará el nombre de la villa. A principios de diciembre de 1808 los franceses invaden toda la provincia y don Manuel tiene que huir a Salamanca. Desde Ledesma solicita a la Junta Gubernativa del Reino que le autoricen y proporcionen medios para acudir a rescatar los 500 uniformes. Pero la respuesta se demora y se pierde la ocasión de recoger el material militar dejado en Cuéllar. Mientras tanto, las tropas francesas al mando del general Hugo llegan a Ávila a principios de 1809. Junto a él está el nuevo regimiento Real Extranjero formado inicialmente con suizos, wallones y franceses del ejército francés de Dupont. Pero el regimiento, a su llegada a Ávila, no cuenta todavía con toda su equitación. Tal y como nos lo cuenta el general Hugo en sus memorias: “El Real Extranjero aún sólo contaba con su decreto de constitución; algunos fusiles, desechados de los arsenales o recogidos en los campos de batalla, y reparados a toda prisa, le habían sido enviados escoltados por conscriptos que él mismo había incorporado y que en su mayor parte desertaban en el trayecto; ninguna ropa, ningún equipamiento le había sido entregado aún, y su situación de penuria lo agotaba mucho en una temporada siempre inclemente en las altas montañas”.

“Fui informado por los numerosos partidarios secretos del nuevo orden, que en Cuéllar acababan de confeccionar ropa y otros artículos para los voluntarios del distrito de esa pequeña ciudad, situada a doce leguas de nosotros en línea recta, en la provincia de Segovia. Así que lo arreglé todo para quitárselos y pronto estuvieron en los almacenes de mi regimiento. Esos socorros y algunos otros recibidos por esa misma época del gobierno real me decidieron a controlar el valle de Amblés, con la ocupación del puerto de Villatoro, pues desde ese sitio podía observar las riberas del Tormes….”.

Cuéllar, como las demás poblaciones de Segovia, se ve obligada a entregar contribuciones y suministros para las tropas francesas. En octubre de 1809 Domingo Badía y Leblich, intendente de la provincia de Segovia, manda cincuenta hombres para cobrar dinero y otros efectos que debía la población. La tropa es atacada por una partida de guerrilla y se retiran, quedando herido el comisionado que es arrestado dentro del pueblo. Se manda un refuerzo francés que rescata al comisionado y castiga al pueblo con una elevada suma de dinero a entregar bajo apremio militar. La justicia de la villa acude entonces al general gobernador que se encuentra en Segovia, solicitando se levante el apremio militar y comprometiéndose a entregar una cantidad de dinero. El gobernador acepta y se marchan las tropas francesas de Cuéllar, consiguiendo la población no entregar cantidad alguna de grano.

En agosto de 1812 el ejército aliado al mando de Wellington avanza desde Valladolid a Madrid tras la victoria conseguida en los Arapiles. Muchos de los oficiales que acompañan al ejército dejan reflejados en sus diarios el paso por Cuéllar:

 “1 de agosto. El Cuartel General avanzó por las orillas del pequeño río Cega, el paisaje es a veces bastante encantador, especialmente cerca de dos pequeños pueblos,  Megeces y  Cogeces, a una milla uno del otro en el rio Cega, sobre el cual hay dos pequeños puentes rodeados de hiedra. Por la noche llegamos a Cuéllar, una ciudad muy antigua con una especie de torre morisca y  antigua fortificación; aquí nos detuvimos unos días para que la columna de la izquierda y  la artillería  nos alcanzaran, periodo durante el cual varios correos ingleses llegaron, después de haber sido detenidos en Ciudad Rodrigo desde nuestra retirada de Rueda, previa a la batalla de Salamanca. Varias mulas llegaron una mañana cargadas de cartas”.

“6 de agosto. Dejamos Cuéllar esta mañana, marchamos sobre una gran planicie arenosa, pasamos por Villarejos, y llegamos a Mozoncillo, pueblo situado a cerca de veinte millas de Cuéllar y la misma distancia de Segovia”.

Y la del sargento Boutflower:

“La sexta división con el general Clinton permanecerá en Cuéllar; cuatro regimientos que recientemente se han unido al ejército y tienen muchas bajas por enfermedad, están con él; El Cuartel General ha estado en los últimos cinco días en Cuéllar, pero no sabemos si se ha movido de allí hoy o no. Cuéllar es una ciudad muy vieja que posee un espacioso Castillo, en el que había una armería; ha sido sin embargo totalmente destruida por los franceses. El día 3, a las 10 de la noche, llega el general español Santocildes  a despachar con Wellington. Santocildes ha bajado desde Astorga, a la que está sitiando sus tropas, hacia Valladolid. El 4 sale por la mañana hacia Valladolid”.

Wellington en octubre del mismo año tiene que volver a retirarse a sus cuarteles de Portugal. Los franceses vuelven a ocupar Segovia, pero por poco tiempo. El desastre de la Grande Armee en Rusia debilita la fuerza francesa en España, al tener que retirar Napoleón tropas hacia Francia. El rey José I traslada la corte a Valladolid para estar más cerca de la frontera y manda evacuar Madrid. El último en salir es el general Hugo con un convoy de más de trescientos carros donde van los ministros, consejeros de Estado, una parte del cuerpo diplomático y muchas familias distinguidas de Madrid. En Cuéllar le debe esperar el general Treilhard con una división de dragones para escoltar el convoy, pero la noche anterior a su llegada, Treilhard marcha con la caballería hacia Valladolid. El general Hugo, al llegar a las proximidades de la villa, manda reparar y ampliar el puente para permitir el paso del convoy, y él marcha a la casa de un vecino al que conoce y es el que le informa de la marcha de la escolta. La caravana pasa la noche en Cuéllar y se aprovisiona de forrajes y raciones. Al día siguiente, a las 9, el general Hugo repentinamente da la señal de salida. Teme que le alcancen las partidas de guerrilla que andan cerca. Según se van preparando los vehículos, se les hacen subir al cerro por las dos salidas que llevan al camino de Tudela. Tras dos horas, el convoy sale completamente de Cuéllar.La población queda definitivamente libre de franceses.

* Artículo extraído de: http://1808-1814escenarios.blogspot.com.es/2015/10/cuellar-segovia-durante-la-guerra-de-la.html

2 COMENTARIOS

  1. Sin duda es un buen trabajo, pero un ejemplo más de que muchas veces damos más importancia a lo que nos viene de fuera que a lo que se publica en casa.
    En concreto, en un artículo del número 48 de la revista local LA VILLA, de diciembre de 2012, se daba cuenta de lo realizado por D. Manuel Antonio Gómez en relación a la formación y uniformación del Tercio de Cuellar, así como de las dificultades que tuvo este cuerpo de ejército para no llegar nunca a entrar en combate, entre otras aportaciones que complementan a las dadas ahora en el trabajo de Miguel Ángel García.
    El texto de la revista LA VILLA puede ahora cotejarse en microhistoriases.blogspot.com.es

    Un saludo.

Los comentarios están cerrados.

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