| Fotos: Gabriel Gómez y Nuria Pascual |
La imagen del Niño de la Bola protagonizó la primera de las procesiones del año coincidiendo con el día de Año Nuevo. Los actos comenzaron en la iglesia de San Miguel, donde se aloja la imagen, y donde se dieron cita los miembros de su cofradía y los vecinos de la villa y su comarca. El párroco, Fernando Mateo, instó a los presentes a continuar manteniendo esta tradición y a trabajar “porque no se pierda”. Al ritmo de las tradicionales tejoletas se entonó el villancico ‘Soy un pobre pastorcillo’ que sirvió de prólogo a la procesión.
Después la imagen del Niño partía de la iglesia de San Miguel portada en andas por sus cofrades, entre ellos el mayordomo de 2019, Juan Pablo de Benito, y al son de la dulzaina y el tamboril de los Hermanos Ramos. Previamente, por la mañana el templo acogió la misa en la que se produjo el cambio de varas entre el mayordomo de 2019 y el de 2020.
La procesión realizó su recorrido habitual ascendiendo por la calle del Colegio, siguiendo por la plaza del Mercado del Pan y calle Palacio hasta la iglesia de San Esteban, su sede original, en cuyo interior se rezó la oración del Niño, y se entonaron dos villancicos dedicados a él ‘Al Niño de la Bola’ y el tradicional que lleva su nombre. Desde allí la procesión volvió a la iglesia de San Miguel por las calles Palacio y Duque de Alburquerque hasta la Plaza Mayor para concluir en el templo.
A medida que la procesión fue discurriendo se fue sumando a ella más público y fueron muy numerosos los danzantes que bailaron de cara al Niño las danzas típicas de esta procesión y de la que tendrá lugar el próximo lunes 6 de enero, Día de Reyes. A lo largo del recorrido no cesaron los vivas a la imagen por parte de los devotos.
El Niño lució en esta procesión el traje que la cuellarana Azucena Fraile le confeccionó y donó el pasado año coincidiendo con el 340 aniversario de la Cofradía del Niño Jesús de la Bola. Fraile además anunció que el Día de Reyes el Niño estrenará un nuevo traje que ella y Maribel Saz le han confeccionado.
Restauración
La imagen del Niño procesionó ayer por primera vez tras los trabajos de restauración que se le han realizado este año. Unas labores que fueron realizadas por Diana Martínez y Mariví Postigo, de la empresa de restauración Danmar.
La imagen, ha recuperado sus colores originales, recuperándose y sentándose la policromía, eliminándose la suciedad acumulada en algunas zonas y también los repintes que había sobre la pintura original. Se han reintegrado los volúmenes en algunas partes de la imagen con una resina especial para después incluir la policromía y se han eliminado los picotazos que tenia principalmente en el pecho, producidos por los alfileres y agujas con los que se sujetaban las vestimentas. Las restauradoras recuperaron también el oro original de la bola que porta el niño en su mano izquierda. Una bola que, por el desgaste, se había cubierto de purpurina. También se limpió la peana que sujeta al niño.