La capilla de Santo Tomé en una imagen de archivo. | Foto: Gabriel Gómez |

Una docena de empresas han concurrido a la licitación, convocada por la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, para llevar a cabo diversas intervenciones en la capilla de Santo Tomé de Cuéllar, sede de la patrona de la villa, la virgen del Rosario. El proceso para la adjudicación de los trabajos ya se ha iniciado habiéndose abierto ya el sobre relativo a la documentación técnica la cual deberá ahora ser evaluada por el Servicio de Intervención del Patrimonio de la Junta, antes de la apertura del tercer sobre que se corresponde con las ofertas económicas. El presupuesto base de licitación de la obra asciende a 121.898,90 euros.

Estos trabajos de restauración cuyo coste asumirá la Junta de Castilla y León, se acordaron en 2017 cuando la villa acogió las Edades del Hombre.

 

Proyecto

El proyecto, encargado por el Obispado de Segovia, propietario del edificio, recoge varias intervenciones en el edificio. Dichas intervenciones se centran en las cubiertas de varias zonas de la Capilla y en los muros perimetrales. Además se llevará a cabo la restauración de las pinturas interiores y se ejecutará un estudio arqueológico conjuntamente a la intervención.

Se pretende un intervención estructural que supone una sustitución total de las cubiertas de los cuerpos correspondientes a la Sacristía y al acceso al Camarín (esta última se modifica la inclinación de la cubierta, pero la modificación del volumen general es mínima), asegurando de este modo la estabilidad del edificio y de la cubierta, reparaciones puntuales de la cubierta de la nave central, así como la renovación de revocos exteriores por otros más porosos de base cal que subsanen los problemas de humedades por sales higroscópicas que presentan las bases de los muros perimetrales de la capilla. Así mismo se modificará la urbanización del espacio perimetral de la iglesia para evitar el salpiqueo del agua sobre los muros perimetrales y la conducción del agua de lluvia mediante un caz prefabricado de hormigón disimulado sobre el pavimento

 

La Capilla

Su origen se remonta, como otras muchas iglesias de la localidad, al siglo XIII y ya es citada en un documento de 1272. Originalmente, la iglesia fue construida en ladrillo y mampostería mientras que su ábside muestra una fábrica de sillería que bien puede considerarse como de un románico tardío por lo que, en este caso, si parece que se trata de una edificación del S.XIII.

Consta de una nave y tres tramos desenfilados de la cabecera, de tramo recto para el presbiterio y curvo para el ábside, sobre el que se construyó en una reforma barroca un camarín del siglo XVIII. Esta reforma sustituyó las bóvedas de crucería originales por unas de yesería, y redujo significativamente los restos románicos del templo. Del primer momento románico-mudéjar también se mantiene un alero de ladrillo en el tramo más próximo al ábside, así como diferentes restos en el interior de la iglesia y en los vértices de su torre. Esta torre-campanario se localiza a los pies y está edificada a base de mampostería aunque, en los vértices, aparecen sillares. También mantiene algunas verdugadas de ladrillo.

Asímismo, en el interior del pórtico que da acceso a la capilla, se conserva una pequeña portada románica reubicada. Aparte de estos vestigios de la fábrica original y en lo referente al `mudejarismo´ de Santo Tomé, destaca de su interior un arcosolio gótico-mudéjar, de elaborada filigrana en yesería que imita las labores arabescas.

Ante el deterioro de las dependencias anexas, la única zona que se mantiene en buen estado es una capilla donde se localiza la patrona de la localidad, Nuestra Señora del Rosario, una escultura gótica de buena talla en madera policromada.

También son interesantes los sepulcros incrustados en uno de los paramentos del cuerpo de la iglesia. Ambos aparecen adosados y están marcados por los escudos de armas de las familias de Corral y Arellano así como Velázquez y Ruiz de Herrera.

El edifico tiene forma irregular, consta de planta baja, y baja y primera en lo que al cuerpo del Camarín se refiere, aunque ninguna de estas plantas coincide a la cota de la planta baja de la nave central, ni de la cota de la plaza exterior. Desde el interior de la iglesia no se puede observar la estructura de madera, sino que para acceder al bajo cubierta se tiene que acceder desde un pequeño acceso desde la cubierta del ábside.