| Fotos: Gabriel Gómez y Nuria Pascual |

La llegada a la villa de su nuevo señor, Beltrán de la Cueva, primer Duque de Alburquerque y los acontecimientos que en torno a él y su familia sucedieron en aquel momento del siglo XV, centran el nuevo espectáculo teatralizado que desde este fin de semana puede verse en el Castillo de Cuéllar bajo el título `El nuevo señor de Cuéllar´.

Los señores en las estancias del Torreón de la Memoria y la servidumbre en las cocinas y bodegas ofrecen dos estampas de la vida de la época unidas pero muy diferentes, y se incluye también un guiño a la actualidad en la biblioteca con la presencia de un profesor del centro de educación secundaria que acoge el Castillo.

La cuellarana Blanca Izquierdo ha sido de nuevo la encargada de escribir y dirigir esta obra que centra su desarrollo en la etapa final de la Edad Media en el momento de la llegada del primer duque de Alburquerque a Cuéllar y el nacimiento de su primer hijo Francisco Fernández de la Cueva. Después nacerían también en Cuéllar desde el segundo al séptimo duque.

La visita comienza en la liza donde la guía, en esta ocasión Noemí Tejero, ha introducido a los visitantes en la historia del Castillo y sus dependencias, las diferentes etapas de su reforma y construcción y cómo desde los 70 el duque de Alburquerque firmó un convenio con Educación para que parte de la fortaleza acogiera un instituto de secundaria.

Beltrán de la Cueva consiguió la villa de Cuéllar por una concesión del rey Enrique IV por ceder el Maestrazgo de Santiago el año 1464, aunque no llegaría a Cuéllar hasta dos años más tarde. En el Castillo ahora se festeja su llegada y así lo hacen saber el capitán de la guardia, el criado Román y su amante Amelia antes de llegar a la fachada posterior del Castillo, con ellos portan un halcón recibido como obsequio al Duque, gran aficionado a la cetrería. Una fachada esa, decorada con esgrafiado segoviano y con restos de fundición. Han destacado en ella su galería renacentista y la puerta, perteneciente a una fortaleza mudéjar, de la que arrancan las murallas de las que se conservan 1,350 kilómetros transitables de los 2 kilómetros con que cuentan.

Beltrán de la Cueva consiguió la villa de Cuéllar por una concesión del rey Enrique IV por ceder el Maestrazgo de Santiago

El recorrido ha continuado accediendo al granero donde ha continuado la trama que después ha guiado a los visitantes hacia la mazmorra, un espacio donde se arrojaba a los presos y que desde el siglo XVI se reutilizó como almacén. El salón del trono ha sido el siguiente espacio, allí Beltrán de la Cueva y su esposa han departido dejando ver las tensiones existentes con otras casas nobles y los problemas de Mencía de Mendoza para concebir su primer hijo. Unos problemas sobre los que la duquesa habla en la sala de damas con el rabí Simuel, médico judío del duque. Simuel, fue una de las figuras más importantes dentro de la comunidad judía castellana. Sus pláticas sobre filosofía y gramática eran tan importantes que la sinagoga de Cuéllar se llenaba de cristianos viejos para escucharle.

 

Nuevo espacio

Un nuevo espacio se incorpora a la visita en el mirador del torreón con una muestra de armas (alabardas, escudos, banderas, armaduras,…) en recuerdo de una de las mayores armerías de España que se encontraba en el Castillo de Cuéllar. Con esta exposición se quiere recordar la existencia de esta gran armería que la casa ducal de Alburquerque tuvo en el Castillo durante varias centurias. Así en documentos que se conservan, incluso hasta el siglo XVIII “contaba alrededor de 300 armaduras y buena porción de modelitos de cañones de bronce de varios suertes, muchos especies de lanzas, picas, espadas, mosquetes; diferentes estandartes, banderas y otros aprestos militares”.

El mirador del torreón acoge una muestra de armas ya que  una de las mayores armerías de España se encontraba en el Castillo de Cuéllar

La sala de los escudos permite también conocer parte de la historia del Castillo a través de su maqueta y de los escudos de los duques y sus esposas que allí se muestran. También hay un árbol genealógico de la casa de Alburquerque hasta el actual duque, el número XIX, Ioannes Osorio.

La última estancia que se visita en la zona noble es la sala de los libros, allí un profesor del instituto que alberga la fortaleza busca entre los fondos entre los que destacan los libros de caballerías y los de cetrería. También aparecen otros personajes relacionados con el Castillo, su historia y la literatura. Así se presenta el general Arthur Wellesley, Lord Wellington, quien paso allí cuatro días acuartelado tras la batalla de Arapiles; José de Espronceda, autor de `Sancho Saldaña o el Castellano de Cuéllar´ en su exilio en la villa, y un preso leproso que recuerda el uso del Castillo como hospital y prisión.

Tras conocer detalles sobre la galería y los escudos del patio de armas la visita continúa por las cocinas y bodega donde los sirvientes: Lito, Simona y Luciano ofrecen una trama más cómica en la que el halcón del duque vuelve a tener gran protagonismo. Un final que deja al visitante salir con una sonrisa.

La concejala de Turismo Nuria Fernández y el alcalde de la villa, Jesús García, han asistido a esta presentación del espectáculo que también ha contado con la presencia de la diputada de Turismo, Magdalena Rodríguez.

 

El espectáculo

Fernández señaló que esta renovación del espectáculo y el nuevo espacio que puede verse en ella con la armería del duque “va a reforzar muchísimo las visitas a nuestro Castillo”. Así ha afirmado que la propuesta se dirige al turismo familiar pero también a las parejas “porque es una obra teatralizada muy divertida”. Podrá disfrutarse los fines de semana y festivos y durante la semana para grupos concertados. Asímismo ha anunciado que la versión del espectáculo para el público infantil se presentará el próximo mes.

Blanca Izquierdo ha  recordado que el espectáculo vuelve a la Edad Media y cuenta con el halcón como nexo de unión entre la zona de los señores donde  las escenas son más históricas y la de los sirvientes con escenas más de farsa, teatro gestual, coreografías y canción. Un apartado musical que de nuevo ha corrido a cargo de Miguel Rovalher, de la compañía Ron Lalá, que ha compuesto la música y la letra de las canciones. Otro complemento que ha incorporado a la representación es la lucha escénica.

El reparto del espectáculo cuenta como actores con Blanca Izquierdo, Jesús Puebla y Sergio Caminero, además de con Begoña Martín y Jesús Hernández, como suplentes