| Las salidas del Nazareno y La Soledad concentraron numeroso público |

| Las bandas de la cofradías y la municipal marcaron el ritmo de la procesión |

| Fotos: Nuria Pascual y Gabriel Gómez |

La Semana Santa cuellarana lució ayer todo su esplendor en la procesión de todos los pasos del Viernes Santo. La lluvia, que impidió la salida de la procesión del Jueves Santo y que volvió a caer ayer hasta entrada la tarde, mantuvo en vilo a los cofrades, pero las previsiones meteorológicas se cumplieron y sobre las 18.00 horas el cielo se abrió y hasta salió el sol anunciando que el desfile podría realizarse.

Las calles de la villa se llenaron de público deseoso de ver procesionar los pasos que con esmero las cofradías llevaban días engalanando. Los pasos fueron confluyendo en la plaza de San Francisco y colocándose en orden procesional, dando comienzo el desfile a las 20.30 horas y prolongándose durante tres horas, ya que eran las 23.30 horas cuando la Soledad llegaba a la plaza Mayor de la villa.

El público se distribuyó a lo largo del recorrido, pero se concentró especialmente en los puntos que despiertan mayor interés como la salida del Nazareno del Convento de Santa Clara, la de la Soledad de la iglesia de San Francisco, en el saludo de La Dolorosa al Cristo Yacente en la plaza Mayor, el saludo del Nazareno a la Verónica o el encuentro del Cristo Yacente con La Soledad, ambos en la plaza de San Francisco. La calle Parras, la plaza de los Coches, la plaza de la Cruz y la plaza Mayor fueron también puntos donde el público siguió el discurrir de la procesión.

Una procesión que este año retomaba de nuevo el recorrido que se modificó en 2022 y que el año pasado no pudo completarse debido a las obras que se estaban ejecutando en la calle Segovia. Así, tras descender por las calles Parras y Chorretones los pasos continuaron por la calle Diego Velázquez y la plaza de la Cruz. Desde allí siguió por la calle Segovia, Trinidad, desde donde ascendió por Santa Marina hasta la plaza Mayor.

Tras los pasos el protagonismo fue para las bandas y agrupaciones musicales de las cofradías que marcaron el ritmo de la procesión, contribuyendo con sus ritmos a la solemnidad del desfile. Así, sonó la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, los tambores de la Cofradía del Calvario y de la de La Dolorosa o Virgen de los Cuchillos y la Agrupación Musical de la Cofradía de La Soledad. Tras el Cristo iba la Banda Municipal de Música de la villa.

En el recorrido volvieron a escucharse saetas, que silenciaron el sonido de las bandas, aunque este año, por decisión de la Junta de Cofradías,  la procesión no se detuvo ante quienes ensalzaban a las imágenes con sus cantos, sino que continuó su camino. Se escucharon en la plaza de San Francisco, en la de Los Coches o en la salida del Nazareno desde el convento de Santa Clara, entre otras.

Saludo entre La Soledad y Cristo Yacente en la plaza de San Francisco. | Foto: Gabriel Gómez |

Desfile procesional

Los actos comenzaron a las 19.30 horas con la salida de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la iglesia del Convento de Santa Clara. Un momento que cada año concentra a más público, al igual que sucede con la salida de Nuestra Señora de La Soledad de la nave central de la iglesia de San Francisco al son de su Agrupación Musical.

Los pasos fueron confluyendo y disponiéndose en orden procesional en la plaza de San Francisco desde las 20.30 horas. Allí se pudo disfrutar de los saludos del Nazareno a La Verónica, y del Cristo Yacente y La Soledad. Ambos cosecharon los aplausos del público asistente. El último se caracteriza por su solemnidad, tanto el cristo como La Soledad son portados en andas por sus cofrades que se inclinan para llevar a cabo esa reverencia tras la que ambas imágenes se incorporaron al desfile cerrándolo

La Cruz Desnuda fue la encargada de abrir el desfile procesional. Tras ella el Cristo Atado a la Columna, Nuestro Padre Jesús Nazareno, La Verónica, El Calvario, La Dolorosa, el Cristo Yacente acompañado por la Banda Municipal de Música de la villa y finalmente La Soledad que cerraba la procesión seguida de las autoridades municipales y eclesiásticas, y representantes de las fuerzas de seguridad.

Por cuarto año el paso de la Oración en el Huerto no ha participado en la procesión de Viernes Santo, tampoco pudo hacerlo en la de Jueves Santo tras su suspensión. El año pasado sí lo hizo, portado en andas por cofrades de la cofradía de la Vera Cruz.

El recorrido concluía con la entrada del Cristo Yacente al son del himno nacional en la iglesia de San Miguel. Instantes antes, ya con todos los pasos dispuestos en torno a la plaza Mayor el sacerdote, Lorenzo Sáez, se dirigió a los cofrades y público que llenaban la plaza invitándoles a entregar el recorrido realizado rezando un padre nuestro “a nuestro señor Jesucristo que derramó su sangre en la Cruz. Hemos contemplado su pasión y muerte para que todos nuestros deseos, todos nuestros proyectos, nuestros sacrificios y todas las ofrendas hechas a lo largo de estos días santos, el señor nos conceda lo que deseamos”.

Tras la entrada del Cristo Yacente a su sede, la iglesia de San Miguel, La Soledad emprendió su camino de vuelta, en procesión, con sus portadores, cofrades y banda, hacia la iglesia de San Francisco y el resto de cofradías devolvieron sus imágenes a sus sedes o puntos de partida.

 

Domingo de Resurrección

Mañana, Domingo de Resurrección, a las 11.30 horas partirá la imagen de Cristo Resucitado portada en andas desde la iglesia de El Salvador, acompañado por los cofrades, las manolas y la banda del Nazareno. Su recorrido desde el templo ascenderá  por la calle Arévalo, calle Segovia, Trinidad y Santa Marina hasta la plaza Mayor.

A las 12.00 horas partirá Nuestra Señora de La Soledad desde la iglesia de San Francisco, también junto a sus penitentes y su agrupación musical. Ascenderá a la plaza por la avenida de los Toros, plaza de San Francisco y las calles Carchena y Santa Cruz.

El Encuentro está previsto en la Plaza Mayor en torno a las 12.40 horas y tras él a las 13.00 horas tendrá lugar la misa en la iglesia de San Miguel presidida por el Cristo Resucitado.