| Daniel Martín Arranz | · | Fotos: Gabriel Gómez |
Un penalti en la recta final acaba con las esperanzas del Cuéllar de sumar los tres puntos
Hasta seis goles se vieron en Santa Clara en una mañana fría en la que los espectadores que aguantaron los 90 minutos con temperaturas por debajo de los cero grados no pudieron celebrar la primera victoria. El Cuéllar Eufón remontó el partido, y se puso por delante en dos ocasiones, pero vio como dos puntos volaban de Santa Clara merced a un penalti en la recta final.
Era una oportunidad de oro para el Cuéllar de lograr la ansiada victoria, pero sus esperanzas se congelaron en apenas un minuto. Y es que ese fue el tiempo que Plinio tardó en batir a Rober. Desajuste defensivo, primero entre Víctor e Isma, después Romo con Rober, y el ariete se aprovecha para empujarla. Otra vez a contracorriente como en los 18 partidos anteriores, pero hoy era un día distinto. Se notaba en las caras de los jugadores cuellaranos, la responsabilidad y la ilusión era tan grande que ni ese gol, casi regalado, iba a ser un obstáculo en el camino, sino una motivación.
A partir de ahí el control absoluto del choque fue del Cuéllar con Guille, Isma y Rubén muy sólidos en el centro del campo, y jugando buenos balones a la espalda de la zaga para los veloces Demi y Sergio Brañas. Las ocasiones iban
llegando, y con ellas el tanto del empate. Demi supera en velocidad a su defensor, y en la pugna con otro jugador burgalés y ante la salida del meta, mete la puntera lo justo para lograr el tanto de la igualada.
Un empate que hacía justicia al esfuerzo local, que en los primeros 45 minutos dejó todo sobre el campo. Una intensidad, actitud, y motivación que de haber sido así en otros tantos partidos, seguramente no estaría en el fondo de la clasificación.
Tras el descanso llegaba un nuevo mazazo para los de Félix Blanco. Rubén veía la segunda amarilla y era expulsado. Un nuevo reto: 40 minutos en inferioridad para lograr la ansiada victoria.
Y con 10 también iba a ser mejor que el Universidad de Burgos. Carranza estaba siendo un seguro bajo palos, pero tras una acción de Brañas en la que es zancadilleado en el área, pero continúa adelante, el defensor al tratar de despejar la cuela en su propia portería.
La alegría duró poco, muy poco. Lo que tardó el conjunto universitario en sacar de centro, colgar un balón al área, que golpea en el larguero, luego en Rodri, que no consigue despejar, y Dani solo tiene que empujarla. Otro gol en bandeja para empatar el partido.
Pero la reacción llegaba en el siguiente ataque. Conducción por el centro de Isma, que triangula, y el balón le cae en la frontal, para empalarlo y ponerlo en la escuadra.
Por delante de nuevo y con la intención de sentenciar el choque, pero fue un partido duro, tanto por el frío, como por la intensidad burgalesa, que solo podía parar a un Brañas, muy dinámico, con faltas.
El cuarto tanto no llegaba y pese al dominio local los fantasmas del pasado aparecían de nuevo. A falta de nueve minutos para el final, balón al segundo palo, Rodri despeja, le pega en el antebrazo involuntariamente y penalti.
Adrián conseguía batir a Rober desde los once metros para poner el 3-3 definitivo. Ya sin fuerzas para más, el Cuéllar no conseguía ponerse por delante por tercera vez y firmaba las tablas. Un esfuerzo descomunal que no se veía recompensado en puntos. Los aficionados no vieron la victoria local, pero si presenciaron los seis goles, que en una mañana bajo cero, valieron para combatir el frío.