Miguel Fraile durante el concierto ofrecido en Cuéllar. | Foto: Gabriel Gómez |

| El disco, financiado a través de crowdfunding, verá la luz en enero de 2023 |

El  cuellarano Miguel Fraile se subió al escenario de la sala Alfonsa de la Torre para hacer sonar `La guitarra de Marazuela´, su nuevo proyecto musical en el que rescata una faceta poco conocida del folclorista segoviano.

El trabajo es fruto de su investigación de la faceta de Agapito guitarrista que inició hace tiempo. “Es un estilo que no llega a ser del todo clásico ni del todo popular”, afirma, explicando que  “es la guitarra del siglo XX, que no es la que yo estudié”. Todo ese estudio desembocó en la idea de hacer un disco homenaje, y aunque no hay mucho repertorio de guitarra sola, Fraile apunta “he tirado del Agapito más conocido en su faceta de dulzainero y musicólogo, pero a través del prisma de la guitarra“. Así, incorpora temas de dulzaina con la guitarra y acompaña a voces. Detalla que la guitarra acompañante hace tiempo que no se escucha en muchas zonas de Castilla, “pero Agapito lo utilizaba para acompañar”.

El trabajo incluirá piezas de guitarra solista, versiones de dulzaina y de guitarra acompañante. “Son piezas que aparte de venir de lo popular muestran las capacidades del instrumento”, aseguró. “Son obras muy bonitas y además muy vistosas”, añadió..

Sobre el Agapito guitarrista dice que se sitúa entre el folclore y la guitarra clásica, “cuentan la anécdota que cuando daba un concierto de guitarra, dependiendo del ambiente al final acababa cantando algunas piezas”, apunta el cuellarano. Así, señala que quizá sí fuera más clásico acercándose a Francisco Tárrega o Isaac Albéniz.

El disco contiene dos piezas muy conocidas como La entradilla y las Habas verdes, una jota que se interpreta en Cuéllar en el baile de rueda previo al encierro. Hay también algunos fandangos, que según señala son menos conocidos y que la Fundación Joaquín Díaz sacó a la luz hace unos años editando unas grabaciones que conservaba su discípulo Eugenio Urrialde. “Ahí hay unos fandangos, que son casi jotas, que canta Agapito, y que son muy sencillos pero no se cantan, por lo que no son muy conocidos”, indicó, añadiendo que las obras de guitarra solista son “muy desconocidas”.

Junto a él sobre el escenario estuvieron el también cuellarano Luis Ramos a la percusión, quien también participa en el disco, y cantando unos fandangos estuvo el valleladense Diego Baeza, quien le ayudó con los toques tradicionales de Castilla.

 

El comienzo

El interés de Fraile por la obra de Marazuela se despertó cuando con 20 años dirigía la rondalla de San Cristóbal de Segovia, la cual tenía un repertorio folclórico con piezas recogidas por Agapito. Entre las integrantes había mujeres que habían conocido al folclorista y le hablaron de él, después estuvo cerca del Nuevo Mester de Juglaría y otras formaciones como Free Folk y continuó aprendiendo sobre él. Ya en Galicia, donde reside, cuando quiso dedicarse más a la música tradicional “revisité las grabaciones de Agapito y sentí que era muy buena opción tirar por ahí”.

 

El proyecto

`La guitarra de Marazuela´ es un disco en el que Fraile interpreta obras originales de Agapito para guitarra y tonadas para dulzaina adaptadas a las seis cuerdas. Cuenta con las voces de Xurxo Fernandes y María Vidal que interpretan cantos recogidos por Agapito a los que él pone acompañamiento, y con Luis Ramos. El proyecto se financiará a través de crowdfunding en la plataforma Verkami. Allí, a falta de ocho días, la iniciativa ya ha alcanzado los 3.500 euros que se marcaba inicialmente para editar el trabajo.

La grabación del disco ya ha concluido y verá la luz en enero de 2023.

 

Miguel Fraile

Fraile se inició en la guitarra en Cuéllar de la mano de su tío Juan. Pasó por la Escuela de Música de la villa y después por el Conservatorio de Segovia, para finalmente continuar sus estudios de guitarra clásica en Galicia.

Con quince años tuvo una banda `punk´, y también tuvo ocasión de aprender a tocar flamenco con el cuellarano Juan Pablo Yusta. “Eso me hizo estar abierto de miras, porque si no la guitarra clásica es un poco cerrada”, manifiesta. En los pueblos de Granada aprendió flamenco y al concluir la carrera la música tradicional le atrajo. Señala que es un lugar “muy amable”. “Esta música tiene algo muy humano”, concluyó.