El Niño de la Bola lucirá este año en sus procesiones del 1 y 6 de enero su estandarte restaurado. Así se ha dado a conocer durante la presentación de los actos en torno a esta tradición cuellarana que este año además contarán con un taller para aprender a tocar las castañuelas que se desarrollará el jueves 28 de diciembre.

El Ayuntamiento fue nombrado en 2016 cofrade honorario de la Cofradía del Niño de la Bola y como tal se suma a las actividades que organiza ésta, tal y como ha señalado la concejala de Cultura Sonia Martín.

Llorente ha dicho que la del Niño de la Bola es una de las cofradías más antiguas de Cuéllar. Datada en 1679 perdura en nuestros días y solo desaparecen los libros, se han perdido o no se hicieron entre 1891 y 1912. Precisamente de 1912 es el estandarte que ha sido restaurado, firmado por una familia devota de la villa, los De Isabel, de ascendencia cuellarana, ha indicado Llorente, y con descendencia en la familia de Pascual Hernández. El profesor ha explicado como en el primer libro de esta segunda etapa de la cofradía, de 1912, se ve cómo había descendido la devoción “porque históricamente eran cinco varas perpetuas las que regían la cofradía”, que eran devotos que solían ser adinerados y que defendían la continuación de la devoción pagando los gastos extraordinarios de la cofradía. Entre ellos se obsequiaba con una cántara de vino a los presos o se hacía una fiesta con músicos y chocolate en el Mercado del Pan. En 1912 quedaban tres varas que son las que se mantienen en la actualidad.

Este año el cargo de mayordomo lo ocupará Ramón Olmos, quien ha mostrado su satisfacción por su elección. Con él se vuelve a la tradición de que el cargo lo ocupe la última familia en entrar en la cofradía.

 

Restauración del estandarte

Azucena Fraile e Isabel Saz, artesanas en textiles, junto a la restauradora Clara Fernández, han sido las encargadas de, de manera altruista, limpiar y consolidar el estandarte de la cofradía. Tras una primera valoración de los daños que el uso había producido sobre la tela se colocó el estandarte en un bastidor para estirar la tela con diferentes productos y fortalecer la trama que faltaba en la seda, según ha explicado Fraile. Después se confió la intervención en la restauradora. Así el proceso consistió en fortalecer las zonas de tela más dañadas y su posterior reintegración cromática para conseguir una lectura fácil de la imagen. Eran muchas las manchas, las cuales se han disimulado añadiendo más imágenes vegetales acorde a las originales.

Fraile y saz acometieron el último proceso de armado posterior y forro del estandarte, renovando también las trabillas con flecos de color oro en el bajo de la tela. El mástil se lija y pinta y se limpia y da brillo al adorno de plata para que luzca en las procesiones.

 

Taller de castañuelas

El jueves, 28 de diciembre, se impartirá en la sala Alfonsa de la Torre, un taller de castañuelas para todos los públicos. La propia cofradía será la encargada de impartirle en horario de 17.30 a 19.30 horas.

José Sanz es un hermano de la cofradía que sigue la tradición de tocar las castañuelas de una forma que solo se tocan en las procesiones de la villa. Así explicó que estas castañuelas cuellaranos acompañan a la dulzaina y el tamboril en las procesiones y él mismo elabora cada año unos 60 pares para promocionar su uso. Éstas se elaboran de madera, aunque apuntó que no todas las maderas sirven. Una vez dada la forma tradicionalmente se tostaban en la lumbre para mejorar su sonido, ha explicado Llorente.

 

340 aniversario

En 2019 se conmemorarán los 340 años de esta tradición lo que se celebrará con actividades especiales como una exposición en la que se mostrarán fotografías antiguas, algunas del Padre Benito de Frutos, vídeos y los libros de la cofradía y otros documentos.