Pepín Tre durante su espectáculo en la sala Alfonsa de la Torre.

Pepín Tre durante su espectáculo en la sala Alfonsa de la Torre. | Foto: Gabriel Gómez |

El humor y la música de Pepín Tre  con “El brillo del gengibre” pusieron el broche final al ciclo “Atodoritmo en Cuéllar”. Antes de la actuación los organizadores manifestaron su satisfacción con el desarrollo del mismo y emplazaron a los asistentes a la próxima edición, agradeciendo antes a todos los colaboradores su aportación para hacer posible el ciclo.

Después Miguel de Benito presentó la actuación de Tre que desde el mismo momento que pisó el escenario de la sala Alfonsa de la Torre despertó las risas del público que casi completaba el aforo de la sala. Presentándose como Pío Baroja inició su actuación, señalando que llegaba desde la eternidad, un lugar aburrido al que tendría que volver tras la actuación. Ahí daba comienzo su espectáculo de papiroflexia, como él lo definió, en el que anunció se reproducirían ciudades como San Petersburgo, Berna y Lucerna. Acompañado por `Gregorio Marañón´ al bajo y guitarra, Pepín Tre fue encadenando con su inagotable verborrea diferentes historias con Kandinsky, Modigliani, Edison, el Imperio Otomano, los dioses griegos y otros personajes, como protagonistas.

No faltó la música de Puccini en forma de aria, la conocida “Tornero, fresador y matricero” y “Lo más importante es tener salud”. Rememorando al maestro chino Chim-Pon “técnico del acabose”, Tre cerró su actuación, aunque después volvió ante los aplausos del público para despedirse con unos versos de Lord Byron cuya traducción fue “usted que ha estado en la mar, ¿esto es pulpo o es calamar?”.