| Una cuadrilla de operarios provinciales ha estado colaborando durante tres días con personal municipal en las labores de desenfangado |

| La limpieza ha sido intensiva en aceras, pavimentos, redes de desagüe y alcantarillas que el barro había atascado |


Una de las cuadrillas de prevención de incendios y acción ambiental de la Diputación radicada en Cuéllar ha colaborado en la limpieza de fangos en calles y plazas de Vallelado, ocasionados por las fuertes riadas que provocó la intensa tormenta que cayó sobre la localidad el pasado miércoles 26 de septiembre. Los operarios provinciales han estado colaborando con personal municipal en las labores de desenfangado, iniciadas durante el fin de semana y que se han prolongado y reforzado durante tres jornadas: las del pasado lunes, martes y miércoles.

El diputado de Acción Territorial, Basilio del Olmo, se entrevistó con el alcalde de Vallelado, Ángel del Ser, para interesarse por los daños ocasionados por la tormenta y brindar la colaboración de la Diputación para paliar sus graves consecuencias. Desde el Ayuntamiento se solicitó ayuda para labores de limpieza a lo que la institución provincial, ante la dimensión de los daños, y por ser una situación grave y excepcional, respondió enviando una cuadrilla de cuatro trabajadores que han llevado a cabo estas labores de limpieza, que se ha intensificado en aceras, pavimentos, redes de desagüe y alcantarillas que el barro había atascado. El consistorio ha aportado a los agentes provinciales los medios necesarios para llevarlas a cabo, como botas de goma, mangueras, cepillos y las herramientas adecuadas para desarrollar este tipo de labores con la mayor eficacia.

Las seis cuadrillas de prevención ambiental del Área de Promoción Económica de la Diputación continúan por otra parte con su labor y además de haber colaborado de forma extraordinaria en la limpieza de los daños por las tormentas en Vallelado, han acondicionado ya un total de 566.537 metros de superficie en 48 municipios en sus primeros meses de andadura. Los equipos, formados por un capataz y tres peones y coordinados por un ingeniero forestal, comenzaron junio y hasta ahora han centrado su labor en eliminar de forma prioritaria el exceso de vegetación de los entornos urbano-forestales de los núcleos de población porque es la que entraña mayor riesgo de incendio.