|Fotos: Gabriel Gómez|

La lluvia permitió que la virgen de Las Candelas acompañada por sus cofrades realizara ayer su tradicional procesión por las calles del entorno de la iglesia de San Andrés. Como en ediciones anteriores a los cofrades se sumaron algunos devotos, en torno a medio centenar. Este año el cargo de mayordomo de la Cofradía le correspondió a Pedro María Gordo.

El rezo de una oración y el encendido y bendición de las candelas que portan los cofrades y sus esposas, dio paso a la procesión al son de la dulzaina y el tamboril del grupo Marchamo y seguidamente se celebró la misa.

Con candelas encendidas los cofrades escoltaron al párroco en su salida y entrada a la sacristía. Durante la misa, oficiada por el párroco, Francisco Javier Martín, destacó el momento en que los hermanos cofrades realizan el tradicional `rodillín´ portando la imagen de la virgen, aunque en esta ocasión no llegaron a arrodillarse como marca la tradición. Con este gesto la cofradía simboliza la presentación en el templo del niño nacido cuarenta días antes.

Los hermanos de la cofradía, cumpliendo con la tradición ofrecieron a la virgen de Las Candelas una tarta o bollo, dos pichones y unos cirios. Tras los actos litúrgicos el sacerdote y los cofrades soltaron a los pichones que acompañaron a la imagen durante todo el acto. Con vivas al Niño de la Candelaria, a la cofradía y al pueblo de Cuéllar concluían los actos en el templo. Después el Centro Parroquial acogió un refresco y bollos para los asistentes y cuantos vecinos se acercaron a participar en esta celebración.