Las cuellaranas disfrutaron ayer del día de su patrona, a la que honraron con danzas en una mañana soleada que favoreció el desarrollo de los actos programados y que acudiesen más mujeres que en años anteriores ataviadas con el traje regional. Unos actos que como estaba previsto comenzaron con la recogida a la mayordoma,  Paloma Marinero, en su casa, para al son de la dulzaina y el tamboril dirigirse al Ayuntamiento. Allí el edil de Festejos, Luis Senovilla, en quien el alcalde había delegado sus funciones al estar fuera del municipio, le entregó a Marinero el bastón de mando. Senovilla destacó la alegría que los trajes tradicionales que portaban  la mayordoma y sus acompañantes llevaban hasta el Ayuntamiento y abogó por el mantenimiento de esta fiesta. La mayordoma dio lectura a su propio bando dedicado a Santa Águeda “virgen y mártir del tercer siglo”. Así hizo saber a todas las mujeres ” que tal día y hasta el anochecer su condición de mujer deben proteger”, continuó diciendo “mostraros agradecidas a la vida, pues nos da más de lo que logramos ver; agradecidas de vuestra condición de mujer, que sabemos lo que hay que saber”. Animó a las mujeres a defender sus derechos “pues nuestros deberes los tenemos hechos”, clamó porque “se extinga de una vez la violencia de género, que tantas estrellas ha llevado con premura al cielo”.

Paloma Marinero contó como acompañantes con su hija Vanesa Herrero, su hermana Julia Marinero, y su cuñada Carmen Herrero.

A las 12.00 horas tuvo lugar la misa y seguidamente la procesión con la imagen de la santa por las calles del barrio de El Salvador al son de la dulzaina y el tamboril de los Hermanos Ramos. Tras la procesión y el canto de la salve, se llevó a cabo el sorteo con naipes con el que tradicionalmente se decide quién será la mayordoma del siguiente año. Sin embargo, este año el sorteo fue distinto, ya que el año pasado quedó decidido que el puesto de mayordoma en 2017 lo desempeñaría Pilar Maroto, por lo que este año solo se sacó el as de bastos para decidir la posible sustituta de la mayordoma, y le correspondió a Maribel Saz.

Tras las celebraciones llegó la hora de la comida, momento que compartieron en el restaurante San Francisco, donde realizaron también un sorteo de regalos y el baile con chocolatada.