|Por Rosa Mª Arranz*|
(Comunicado Día Internacional de las Mujeres Rurales, 15 de octubre de 2014)

Celebramos este 15 de octubre, el Día Internacional de la Mujer Rural como homenaje a aquellas mujeres que, desde el ámbito de poblaciones rurales, luchan por vivir con dignidad y porque la Igualdad real sea un hecho. Las mujeres somos imprescindibles para la supervivencia de nuestros pueblos ya que existe un repertorio amplio y variado de tareas y funciones que realizamos las mujeres para mantener vivo el entorno rural:

  • El anclaje de las mujeres al mundo rural favorece la consolidación de nuevas unidades familiares. Las mujeres somos las únicas capaces de evitar el envejecimiento de estos territorios de baja densidad de población, además de ser el soporte indiscutible de la familia.
  • Las mujeres rurales somos depositarias de la cultura tradicional. Transmitimos al entorno más cercano, la lengua, la cultura y las tradiciones orales.
  • Tenemos experiencia en actividades para el mantenimiento de la comunidad rural, en lo que se refiere al cuidado de niños, ancianos y enfermos, somos responsables de la salud familiar y la alimentación, de la administración de residuos o de la gestión de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
  • El acceso a los alimentos está estrechamente ligado a las cuestiones de género, ya que es innegable la contribución de las mujeres rurales al suministro, la elaboración y conservación de los alimentos y, por extensión, a la seguridad alimentaria.
  • También las mujeres rurales poseemos especiales conocimientos sobre los sistemas de cultivo, variedades de semillas, suelos y gestión del agua, plantas medicinales, desempeñando una función esencial en el empleo sostenible de los recursos naturales.
  • Las mujeres somos el soporte esencial de la diversificación de las actividades y del desarrollo del sector servicios en las áreas rurales. Cada día, en menor medida, el medio rural vive sólo del sector primario. Con la diversificación de actividades (transformación de productos agroalimentarios, artesanía, turismo rural, servicios de atención a personas, etc.) se están abriendo nuevas oportunidades para las mujeres que pueden desempeñar papeles principales, pues muchas de las nuevas actividades suponen la rentabilización de “saberes” que siempre han estado en la memoria de las mujeres.

Además del protagonismo de las mujeres rurales, los procesos de desarrollo rural sostenible pasan por la implicación de todos los agentes sociales y económicos, tanto para detectar las necesidades de los diferentes grupos, como para identificar y seleccionar las posibles estrategias de mejora. En estos procesos las mujeres somos un pilar imprescindible y nuestra participación plena en igualdad de oportunidades es indispensable para conseguir un desarrollo social y económico equilibrado.

Medidas inaplazables contra la violencia de género

Las mujeres también exigimos el fomento de las medidas inaplazables, que otorguen a las mujeres víctimas de malos tratos una protección real que salve sus vidas y las de sus hijas e hijos, que las haga poseedoras de la dignidad que les corresponde por ser mujeres, y para ello hacemos un llamamiento a las distintas Administraciones, en todos su niveles, para que proporcionen esta protección y apoyo a las mujeres una vez que éstas han cursado la denuncia contra su maltratador, ya que es en este período cuando el maltratador ve que pierde el control sobre su víctima y mayor peligro existe para ella; pero también se hace necesaria una mayor protección y apoyo hacia aquellas que no se atreven a denunciar por temor a no ser protegidas, ellas o sus hijos. Ésta será la única manera en que se sientan con fuerza para denunciar.

Apostemos por un radical cambio social con una tolerancia cero frente al machismo.

Por justicia y por un medio rural vivo, ¡defendamos los derechos de las mujeres rurales!

*Presidenta de ISMUR Castilla y León