| Fotos: Gabriel Gómez |

La imagen de la Virgen de las Candelas recorrió un año más el entorno de la iglesia de San Andrés para celebrar su fiesta. Una celebración que perdura desde hace siglos y que en Cuéllar se mantiene gracias a la Cofradía de Las Candelas en el barrio de San Andrés.

Rosa María Llorente ha ocupado este año el cargo de mayordoma. Como cada año, la celebración comenzó con un encuentro en el templo, donde se encendieron y bendijeron las velas de los asistentes. A continuación, cuatro cofrades condujeron la imagen de la virgen hasta la puerta del templo. Por segundo año, la talla se instaló en una carroza con ruedas para facilitar su traslado en procesión. Y la comitiva partió, acompañada por la música de los dulzaineros Marchamo por las calles del barrio. En la plaza de San Andrés cumplió con la parada habitual para bailar unas jotas y retornar a la iglesia. Allí, en la puerta, nueva parada para la danza y a continuación los cofrades volvieron a tomar la imagen en hombros para devolverla al interior de San Andrés y dar comienzo a la misa.

Durante la eucaristía no faltó el rito más característico de esta celebración en Cuéllar. En él cuatro cofrades toman las andas con la Virgen y se acercan y alejan del altar al ritmo que marca uno de los hermanos con su vara, haciendo sendas reverencias. Reverencias que han sustituido al gesto original de arrodillarse mientras cargaban con las andas y del que viene el nombre de rodillín.

La imagen cumplió un año más la tradición de llevar una candela o vela encendida en su mano derecha. A sus pies dos cestillos; en uno un bollo o tarta con la que se obsequia cada año al sacerdote que participa en la misa y procesión. En el segundo, una pareja de pichones en recuerdo de la ofrenda de la Virgen en el templo a los cuarenta días de su parto, en el rito judío de la Purificación. Una vez finalizados los actos, los pichones se liberaron.

Tras los actos en el templo los cofrades y quienes quisieron acompañarlos fueron al son de la dulzaina y el tamboril hasta el centro parroquial, donde se ofreció un refresco a los asistentes.

 

Virgen de las Candelas

El historiador cuellarano Juan Carlos Llorente detalla que una leyenda tradicional señala que esta imagen de trazas románicas fue mandada esculpir por los Duques de Alburquerque en imitación de la imagen románica de la Virgen del convento de la Armedilla de Cogeces del Monte (Valladolid). Durante el siglo XIX, señala que ya se veneraba bajo la advocación de las Candelas, para cuya celebración se la reviste caca año con atuendo dieciochesco o decimonónico.

A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, se afianzó una moda entre las mujeres, sobre todo de la nobleza, de colocarse alrededor del rostro una cinta de tela rizada. Una moda que el historiador asegura, se impuso también en la decoración de las vírgenes. Con el tiempo se perdió, si bien la Virgen de Las Candelas de Cuéllar la conserva entre las joyas que su cofradía guarda.  Así, la imagen luce en su procesión platería en rostrillo, corona y una medialuna a los pies.