Las Jornadas Taurinas de la Peña El Encierro  concluyen hoy con un mano a mano entre Emilio de Frutos y Marco Antonio Gómez. La cita  será a las 20.45 horas en el Palacio de Pedro I.

Las Jornadas acercan a la villa dos matadores de toros que viven su profesión de forma muy distinta. Emilio de Frutos, torero segoviano de Navalmanzano debutó con picadores en Cuéllar en 1994 y después de quince años de alternativa sigue toreando, ha logrado ser un humilde ganadero de bravo y se aventura de vez en cuando en esto de la empresa taurina y el apoderamiento. Emilio de Frutos vive una de las épocas más importantes de su vida taurina, disfruta del campo y su ganadería, aspiración de la mayoría de matadores de toros, organiza festejos de cierto calado con buen resultado y este año ha saltado a las páginas de la información taurina con el apoderamiento de Julio Aparicio, que vuelve a los ruedos la próxima temporada, sin olvidar que ha estado ayudando al torero local Javier herrero en los últimos años.

La historia de Marco Antonio Gómez, torero sevillano de Alcalá de Guadaira está llena de sensibilidad. Número uno del escalafón novilleril tomó la alternativa en 2011 pero tuvo que abandonar los toros por un problema psicológico de miedo escénico a torear, los médicos le recomendaron el fútbol como tabla de salvación para superar el problema, y se vino para el norte, a Cantabria a darle al balón e intentar salir del revés taurino. Las capeas en tierras de Salamanca y el balón en los verdes campos de Santander le hicieron volver al toro en 2015, año en el que ha confirmado la alternativa en Madrid con una corrida de Moreno Silva, tras unos duros exámenes con los Peñajara en Cenicientos, José Escolar en La Adrada y los Sayalero y Bandrés en Ejea de Los Caballeros. Dos hombres de otra pasta que a buen seguro tienen mucho que contar para el deleite de aficionados y los que no lo son, dos toreros de oro, oro que viven una de las profesiones más bonitas del mundo.