| La villa contó con más de una quincena de fábricas y secaderos |

|La concejalía de Asuntos Sociales quiere poner en valor el duro trabajo de aquellas mujeres |

|Foto: Gabriel Gómez |

La concejalía de Asuntos Sociales prepara una charla y una exposición fotográfica para poner en valor el trabajo de las mujeres cuellaranas en las fábricas de achicoria. 

El Centro de Día de Personas Mayores acogió la primera reunión preparatoria a la que asistieron tanto mujeres como hombres que habían trabajado en las achicoreras de la villa y su comarca. A ella se sumó también Jorge Suárez, el propietario de la última que estuvo en funcionamiento en el municipio.

Precisamente será el Centro de Día el que acoja el jueves 9 de mayo esa charla y exposición.

La concejala de Asuntos sociales, Caridad García, explicó a los asistentes el objetivo de esa primera reunión, que no eran otro que recopilar información sobre el trabajo que desarrollaban esas mujeres en una industria que fue de gran importancia en la villa cuellarana. Así, señaló que  la achicoria fue “una fuente de riqueza económica para las familias”, tanto que apuntó que hasta los niños acudían a picar la raíz de esa planta.

Desde el Ayuntamiento se quiere recopilar información sobre ese trabajo y por ello hace un llamamiento a quienes puedan aportar información, fotografías y vivencias. Entre la información que quieren recuperar se encuentra el número de fábricas que hubo en la villa y cuál fue su ubicación.

Hasta el momento han recopilado información de la ubicación y propiedad de al menos una quincena de fábricas y secaderos, que se encontraban distribuidos por todo el municipio.

La concejala acudió a la reunión acompañada por la archivera, Lucía Velasco, y la técnico de desarrollo económico, Rosa Quintanilla, además de la responsable de la Oficina de Recursos municipal, Arancha Sanz.

García detalló que ya cuentan con algunas fotografías, entre ellas las recogidas en los libros con imágenes de Rafael editados por la Peña La Plaga. A ello quieren incorporar un listado de trabajadoras y sus testimonios, así como el de los propietarios de fábricas.

 

Testimonios

Los asistentes a la reunión, hombres y mujeres que trabajaron en la achicoria, pusieron de relieve la dureza de ese trabajo. Algunos de ellos relataron como acudían familias enteras, incluidos los niños a picar achicoria. Algunos, contaron como comenzaron con 11 años a picar, una tarea que no todas las personas sabían desarrollar. Las mujeres hasta 1.300 kilos de achicoria al día, el equivalente a unos 20 sacos.

Encarna, Adelaida y Pilar pusieron voz a esas trabajadoras. Algunas de ellas acudían a la fábrica que había en Viloria y lo hacían andando. Además de en la dureza del trabajo coincidieron en señalar el frío que pasaban, ya que el picado se realizaba en el exterior de las fábricas donde como mucho existían sotechados para protegerse.

“Para mí es el trabajo más duro que han hecho las mujeres“, aseguraba José Antonio González, quien recordó cuando acudía junto a su hermana Tita a trabajar a la fábrica.

Jorge Suárez recordó cómo era el proceso desde la siembra, en torno al mes de abril, hasta la cosecha en noviembre, cuando la achicoria llegaba a la empresa. Ahí comenzaba el trabajo que se extendía durante todo el invierno.

La achicoria, recordó Suárez, se sembraba sobre todo en la zona de El Carracillo. Tras la recolección se picaba, se tostaba y finalmente se molía antes del empaquetado para pasar a comercializarse. En su caso bajo la marca `La Niña´ la más popular en el municipio, aunque hubo otras como la Cruz de Malta, la Primitiva Cuellarana, El Henar, El Campeón o La Mundial, entre otras. Suárez apuntó que las mujeres hacían los trabajos de picado y envasado.

La fábrica `de los Suárez´ cerró hace más de 20 años, vendiendo en 1998 su marca, `La Niña´, a la empresa vasca Molabe que la continúa comercializando, y cuyo accionariado pertenece mayoritariamente a la francesa Leroux.

En cuanto a los sueldos o jornales que cobraban por el trabajo, se apuntó que por cada saco picado recibían unas 3 pesetas, lo que a la semana les reportaba unas 200 pesetas.

Desde el Ayuntamiento se confía en que trabajadoras de la achicoria o sus familiares puedan aportar nuevos testimonios y material gráfico sobre ese trabajo.

Esta iniciativa municipal se suma al proyecto de crear un museo de la achicoria junto al auditorio que se pretende habilitar en el claustro y huerta de San Francisco.