| Por César Quintanilla |

Lejos de hacer una crítica negativa u opinar sobre el resultado de un nuevo formato en la pasada feria de Cuéllar, tomo la libre palabra para plantear la ordenación de una feria con más auge y agrado, con más fuerza comercial, y por tanto con más esfuerzo y posibilidades de éxito y beneficio.

Aunque pueda parecer que lo que comente sea una crítica, no lo es teniendo en cuenta que el punto de vista sobre los intereses de las cuellaranas y los cuellaranos, también son mis intereses. Existe algo que se llama querencia por el bien ajeno, por ello primero deseo que no se tome mi comentario como crítica, sino como un punto de vista del que pudiera desprenderse un sustancial giro teniendo en cuenta qué significa Cuéllar y qué puede significar para los visitantes un gran evento.

Si hablamos de una feria local, desde luego que habrá que respetar y tener en cuenta las partidas presupuestarias; en los tiempos que corren no está la cosa para tirar fuegos artificiales con la economía. Sin embargo es sabido que entre una buena promoción y una mejor exposición, Cuéllar con su feria obtendría beneficios.

¡La Feria de Muestras de Cuéllar!, como dirían los nuestros de antes, ¡no sería meterse en camisas de once varas! Sí, quizás lo sería; o no, porque una feria de muestras ha de ofrecerse con un consenso entre Ayuntamiento, comerciantes y, si se diera el caso, organismos regionales.

El comercio y la industria son sinónimos de negocio, y el negocio es a su vez –si se hace bien– sinónimo de riqueza. Cuéllar tiene infinitas posibilidades de atraer negocio en una supuesta feria de muestras: concesionarios de automóviles, maquinaria agrícola, maquinaria de hostelería, oferta vacacional y turística, artesanía y pequeño comercio… En general la congregación de materias, mercancía y ofertas de interés, atraerían a un buen número de visitantes.

Una feria de muestras en la que se abriera paso a pernoctar en Cuéllar para negociar posibles compras que en unas horas deberían de sopesar tanto vendedores como compradores.

No se trata de volver a las grandes carpas, sino de sumar elementos variados en comercio, turismo e industria para ofertar una plural modalidad de componentes y atraer la atención de compradores y visitantes.

Cuéllar tiene espacio para ofrecer esa feria. Espacio y empresas a las que se puede pedir la participación llegando a un acuerdo, tratando de consensuar si el coste o gasto de un gran evento pudiera rentabilizar la vida económica y empresarial de Cuéllar y por supuesto del resto de la comarca; yendo aún más lejos, ofertando posibilidades a comerciantes con interés en participar venidos de lejos.

Sería un gran logro ver sentados en una mesa a quienes corresponda generar un diálogo y rescatar si cabe un pellizco más de economía para Cuéllar. Únanse todas las partes, expongan sus ideas. Una Gran Feria de Muestras de Cuéllar sí se puede conseguir.

Apuntillo que desde fuera se ven las cosas de manera diferente, y más si no se conocen los entresijos internos del evento; pero en ocasiones hay que obedecer al corazón si los sentimientos son buenos. Insisto que si bien mi juicio de valor sobre la pasada feria está basado en muchas opiniones, también reconozco el trabajo, la labor y la ilusión que se ha puesto, un mérito innegable aunque en la opinión pública o en parte de ella, el resultado no haya sido satisfactorio.

¿Por qué intentamos que los Encierros más Antiguos de España sean también los mejores?… Intentemos que la Feria de Muestras de Cuéllar sea de nuestro interés.